Tecnologías como el iriscom en la terapia ocupacional
La terapia de integración y estimulación neurosensorial
terapia de integración y estimulación neurosensorial
El iriscom en la terapia ocupacional
Tecnologías como el iriscom representan un enorme avance en el tratamiento especifico de diferentes trastornos y dolencias del espectro neurológico. Este tipo de elementos on utilizados en la terapia ocupacional infantil y pueden ser muy valiosos en cuestiones como la integración sensorial en lo que refiere al tratamiento de niños con diferentes condiciones.
Iriscom para personas en rehabilitación
El iriscom forma parte de los distintos elementos tecnológicos que existen hoy en día y que buscan de alguna manera brindarle una mejor calidad de vida y autonomía a las personas que sufren de algún tipo de discapacidad y requieren rehabilitación. En este caso, se trata de un dispositivo de comunicación para aquellos que han perdido los recursos necesarios básicos que usamos las personas para comunicarnos. Se trata de casos de discapacidad máxima donde se pierde el habla en conjunto con otras formas de manifestar lo que se quiere decir como el movimiento, y lo único que puede controlarse es el ojo.
Iriscom y su funcionamiento
En relación al funcionamiento de iriscom, se trata básicamente de un ordenador al que se le instala un emisor con una cámara y haces infrarrojos que se dirigen luego al ojo del paciente y la cámara por otro lado se encarga de seguir el punto de encuentro de esos dos haces, que a su vez se transforman en movimientos de ratón. El iriscom es una herramienta sumamente importante para que personas que han perdido la capacidad de comunicarse puedan lograr un poco más de autonomía, ya sea quienes atraviesan una gran discapacidad o personas que se encuentran en rehabilitación.
¿Qué es la terapia de integración y estimulación neurosensorial?
En el marco de tratar de darle a los niños con diferentes condiciones una mejor calidad de vida, aparece la integración sensorial siendo un término que se ha utilizado para describir procesos en el cerebro que nos permiten tomar la información que recibimos de nuestros 5 sentidos, organizarla y responder adecuadamente. También tenemos un sentido vestibular (equilibrio) que nos dice cómo posicionar nuestros cuerpos y cabezas, y un sentido propioceptivo (conciencia del cuerpo en el espacio) que nos ayuda a saber qué hacemos con nuestras articulaciones, músculos y ligamentos.
Las experiencias sensoriales incluyen tacto, movimiento, conciencia del cuerpo, vista, sonido, olfato, gusto y atracción de la gravedad. El proceso del cerebro que organiza e interpreta esta información se llama integración sensorial. La integración sensorial (SI) proporciona una base crucial para el aprendizaje y el comportamiento más complejos y posteriores.
Para la mayoría de los niños, la integración sensorial se desarrolla en el curso de las actividades normales de la infancia. La capacidad de planificación motora es un resultado natural de este proceso, al igual que la capacidad de adaptarse a las sensaciones entrantes. Pero, para algunos niños, la integración sensorial no se desarrolla tan eficientemente como debería. Cuando este proceso está desordenado, pueden surgir una serie de problemas en el aprendizaje, el desarrollo y el comportamiento.Estimulación neurosensorial como terapia
La terapia de integración y estimulación neurosensorial, que fue desarrollada en la década de 1970 por A. Jean Ayres, está diseñada para ayudar a los niños con problemas de procesamiento sensorial (incluidos posiblemente aquellos con TEA) a sobrellevar las dificultades que tienen para procesar la información sensorial. Las sesiones de terapia están orientadas al juego y pueden incluir el uso de equipos como columpios, trampolines y toboganes.
La integración sensorial también utiliza terapias como presión profunda, cepillado, chalecos con pesas y columpios. Estas terapias parecen a veces ser capaces de calmar a un niño ansioso. Además, se cree que la terapia de integración y estimulación neurosensorial aumenta el umbral de un niño para tolerar entornos ricos en sensaciones, hace que las transiciones sean menos perturbadoras y refuerza los comportamientos positivos.
No todos los niños con problemas de aprendizaje, desarrollo o comportamiento tienen dificultades subyacentes de integración sensorial. Sin embargo, hay ciertos indicadores que pueden indicarle a un padre que tales dificultades pueden estar presentes. Éstos incluyen:Demasiado sensible al tacto, movimiento, imágenes, olores, sabores y sonidos
Esto puede manifestarse en comportamientos tales como irritabilidad o abstinencia cuando se toca, evitar ciertas texturas de la ropa o la comida, distracción, reacciones de miedo a tales actividades de movimiento ordinarias (balancearse, girar).
Poco reactivo a la estimulación sensorial
En contraste con lo anterior, un niño con poca capacidad de respuesta puede buscar experiencias sensoriales como girar o chocar contra personas y objetos. Él o ella pueden parecer ajenos al dolor o la posición del cuerpo. Algunos niños fluctúan entre extremos de sobre y baja capacidad de respuesta.
Nivel de actividad inusualmente alto o bajo
El niño puede estar constantemente en movimiento o puede tardar en calentarse y fatigarse fácilmente. De nuevo, algunos niños pueden fluctuar entre extremos.
Problemas de coordinación
Esto se puede ver en las actividades motoras gruesas y finas. Algunos niños pueden tener un equilibrio inusualmente pobre, mientras que otros tienen grandes dificultades para aprender a hacer una nueva tarea que requiere coordinación motora.
Retrasos en el habla, lenguaje, habilidades motoras o logros académicos.
Esto puede ser evidente en un niño en edad preescolar junto con otros signos de mala integración sensorial. En un niño en edad escolar, puede haber problemas en algunas áreas académicas a pesar de la inteligencia normal.
Mala organización de la conducta.
Este niño puede ser impulsivo o distraerse y mostrar una falta de planificación en el enfoque de las tareas. Algunos niños tienen dificultades para adaptarse a nuevas situaciones. Otros pueden reaccionar con frustración, agresión o retraimiento cuando encuentran un fracaso.
Pobre Autoconcepto de si mismo
A menudo, un niño con dificultades de procesamiento sensorial «no se siente bien». Un niño brillante puede saber que algunas tareas son más difíciles que otras, pero puede que no sepa por qué. Este niño a menudo puede presentarse como aburrido, perezoso o desmotivado. Algunos niños desarrollan estrategias para evitar aquellas tareas que son difíciles o embarazosas para ellos, cuestiones a las que los padres deben estar atentos y consultar con un profesional para verificar si se requiere de tratamiento con estimulación neurosensorial.
Buscamos que consigan realizar las actividades de la vida diaria (aseo, comida, vestido…) no solo de forma independiente, sino con una buena calidad de movimiento.
Consideramos de gran importancia que los logros motores, cognitivos, sensoriales, de lenguaje, etc. conseguidos sean aplicados y se refuercen a través de las actividades de la vida diaria, permitiendo que se realicen con mayor seguridad y autonomía.
Contamos con un apartamento adaptable a las diferentes necesidades y capacidades de cada familia, permitiendo practicar en contextos reales.
Desarrollamos programas de entrenamiento urbano, que permite a nuestros pacientes aprender a desplazarse en la calle, utilizar el transporte público, hacer compras, ir al banco… de forma autónoma.
Desarrollamos actividades ocupacionales adaptadas a los objetivos de los tratamiento individuales.
Consideramos que un proceso rehabilitador es eficaz cuando los avances obtenidos se consolidan y perduran en el tiempo.
Con ellos se busca trabajar en ambientes normalizados, con mayor número de estímulos externos, en grupo y normas sociales más marcadas
Integración sensorial
La Integración Sensorial es un proceso neurológico por el cuál las sensaciones que provienen de nuestro entorno y de nuestro cuerpo, son organizadas e interpretadas para dar una respuesta adaptada.
El tratamiento se orienta hacia el desarrollo y superación de condiciones que dificultan la capacidad del niño para jugar, para el auto-cuidado, socializar y para aprender a través de una evaluación detallada.
Dicha evaluación identifica, modifica e intenta superar las barreras que interfieren con la restricciones e inhibiciones del desempeño funcional del niño, con el objetivo de ayudar a mejorar el desarrollo, permitiendo que sean lo más independientes posibles en todas las áreas de su vida.
No todos los niños con problemas de aprendizaje, desarrollo, o de comportamiento tienen una disfunción de integración sensorial subyacente. Hay, sin embargo, ciertos indicadores, que pueden señalar a los padres si está presente dicha disfunción.
– Son hostiles, irritables, difíciles, agresivos o explotan en llanto sin razón aparente.
– Son retraídos, lentos, excesivamente tranquilos y mantienen la postura decaída o todo lo contrario: extremadamente activos y ansiosos; no paran de correr y de moverse.
– Se enfadan al percibir ciertos sonidos, estímulos visuales, movimientos, texturas y olores. Les molestan las etiquetas de la ropa, las sábanas, cortarse las uñas, el pelo o comer ciertos alimentos.
– No siguen el mismo ritmo de aprendizaje que los demás niños de su edad. Se confunden al copiar de la pizarra, leer, escribir o recortar.
-Tienen dificultades en el razonamiento lógico, en la secuenciación o en la planificación motora. También en las tareas matemáticas y en la memorización de conceptos.
-Son descoordinados para practicar deportes y se tropiezan mucho. No les gusta trepar, saltar, colgarse o columpiarse.
-Los síntomas de la disfunción de modulación sensorial pueden con frecuencia presentarse como parte de las manifestaciones del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y actualmente según el DSM V se considera que son una de las características más comunes de los Trastornos del Espectro Autista (TEA).
Ortopedia
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