Si sientes que tus sentidos del tacto, el gusto, el olfato, la vista o el oído se han vuelto muy sensibles tras haber sufrido una lesión cerebral, no se trata de tu imaginación. Las hipersensibilidades sensoriales son un factor sumamente importante, aunque no tan evidentes como otros, en lo que refiere a la fatiga y a la sobrecarga que perciben los pacientes después de una lesión cerebral.
¿Qué es una sobrecarga sensorial?
La sobrecarga sensorial ocurre cuando se recibe más información de los cinco sentidos de la que el cerebro puede clasificar y procesar: varias conversaciones en una habitación, luces del techo parpadeantes o una fiesta ruidosa pueden producir síntomas de sobrecarga sensorial.
Sobrecarga sensorial tras la lesión cerebral
Cuando se sufre una lesión cerebral pueden existir dificultades para procesar y organizar cierta información: de la misma manera, todo lo que experimentamos con nuestros sentidos ingresa a nuestro cerebro como información que se debe procesar y organizar, y cuando este órgano se encuentra dañado este procedimiento natural puede resultar complejo y generar lo que conocemos como “hipersensibilidad sensorial”.
Algunos ejemplos de hipersensibilidades sensoriales son:
- Los sonidos que antes apenas se notaban se vuelven alarmantes y pueden llegar a asustar a la persona
- Los sonidos de fondo y los entornos estimulantes se vuelven abrumadores.
- Las luces fluorescentes y brillantes provocan dolores de cabeza.
- La ropa que antes resultaba cómoda, se vuelve irritante al tacto
- Las grandes reuniones de personas se vuelven intolerables
El dolor y la fatiga pueden intensificar las hipersensibilidades sensoriales, poniendo al paciente en un estado de hipersensibilidad o hipervigilancia: en estos casos, incluso los estímulos más sutiles se sienten sientes abrumadores e intolerables.
Sugerencias generales de afrontamiento para lidiar con la sobrecarga sensorial después de una lesión cerebral
Una de las cuestiones fundamentales, y tal vez de las más sencillas, en lo que refiere a las estrategias para afrontar la sobrecarga sensorial que puede surgir a raíz de la lesión cerebral tiene que ver con limitar la exposición a aquello que molesta.
- Evitar las multitudes y los lugares donde hay muchos estímulos, como los centros comerciales.
- Elegir comprar en tiendas más pequeñas y tranquilas cuando sea posible.
- Elegir horarios para restaurantes o centros comerciales donde no se acumule una gran cantidad de personas.
- En las interacciones sociales con grupos, se recomienda pedirle a los interlocutores que hablen de a uno por vez.
Controlar los niveles de dolor, estrés y fatiga
Por lo general, las luces y los sonidos se vuelven aún más molestos cuando el paciente se encuentra estresado, con dolor o fatigado. Cuando se note una especial sensibilidad durante el día, debe tomarse como una señal de que es momento de descansar y relajarse para evitar que las sensaciones empeoren.
Evitar la nicotina, la cafeína y el alcohol.
Estos tres elementos, además de ser nocivos para la salud en general, empeoran los síntomas asociados a la hipersensibilidad sensorial ligada a la lesión cerebral.
Estrategias de afrontamiento específicas
Existen algunas técnicas y estrategias que pueden implementarse para sensibilidades específicas de cada sentido. Si bien es importante contar con el asesoramiento y la atención de un profesional para poder rehabilitar y hacer frente de manera efectiva a la sensibilidad sensorial que surge a raíz de la lesión cerebral, estos pequeños cambios pueden ayudar a hacer que el día a día se vuelva más tolerable, mientras o previo a recibir el tratamiento especializado de un terapeuta ocupacional.
Sensibilidades al sonido
- Usar tapones para los oídos o dispositivos que cancelen el sonido.
- Usar auriculares para ver la TV y escuchar música:
- A la hora de estar en casa, puede ser útil poner un poco de sonido de fondo: un ventilador, ruido blanco, música relajante.
- Cuando la sensibilidad se vuelve realmente abrumadora, lo mejor es tratar de alejarnos de la situación e ir a un lugar más tranquilo para recuperar la compostura.
Sensibilidades a la luz
- Evitar la luz brillante y las luces fluorescentes.
- Utilizar siempre gafas de sol en exteriores
- Tomarse un momento para cerrar los ojos durante unos minutos cuando aparezcan las sensaciones de ansiedad o estrés. Esto bloquea los estímulos visuales.
Sensibilidad al tacto, gusto y olfato
- ¡Experimentar! Cultivar la conciencia de cómo se sienten, saben y huelen las cosas.
- Agregar textura, temperaturas y sabores contrastantes a la comida, como helado con nueces crujientes o patatas fritas con salsa picante.
- Prestar atención a los olores ¿Cómo te hacen sentir los diferentes aromas?
En DACER, los terapeutas ocupacionales, se encargarán de trabajar estos aspectos, para minimizar los efectos de hipersensibilidad tras daño cerebral.