Los neurotransmisores son mensajeros químicos que transportan, impulsan y equilibran las señales entre las neuronas y las células diana en todo el cuerpo. Estas últimas pueden estar en glándulas, músculos u otras neuronas.
Miles de millones de moléculas de neurotransmisores trabajan constantemente para mantener el funcionamiento de nuestro cerebro, controlando todo, desde la respiración hasta los latidos del corazón y nuestros niveles de aprendizaje y concentración. También pueden afectar una variedad de funciones psicológicas como el miedo, el estado de ánimo, el placer y la alegría.
Cómo funcionan los neurotransmisores
Para que las neuronas envíen mensajes por todo el cuerpo, estas necesitan poder comunicarse entre sí para transmitir señales. Esa conexión entre dos neuronas es lo que se conoce como sinapsis. Sin embargo, las neuronas no están simplemente conectadas entre sí: al final de cada neurona hay un pequeño espacio llamado espacio sináptico, y para comunicarse con la siguiente célula, la señal debe poder cruzar por este pequeño lugar. Esto ocurre mediante un proceso conocido como neurotransmisión.
En la mayoría de los casos, se libera un neurotransmisor de lo que se conoce como el axón terminal después de que un potencial de acción ha alcanzado la sinapsis, un lugar donde las neuronas pueden transmitirse señales entre sí.
Cuando una señal eléctrica llega al final de una neurona, desencadena la liberación de pequeños sacos llamados vesículas que contienen los neurotransmisores: estos sacos vierten su contenido en la sinapsis, donde los neurotransmisores posteriormente se mueven a través del espacio hacia las células vecinas, las que contienen receptores donde los neurotransmisores pueden unirse y desencadenar cambios en las células.
Tras la liberación, el neurotransmisor cruza la brecha sináptica y se adhiere al sitio del receptor en la otra neurona, ya sea excitando o inhibiendo la neurona receptora.
Los receptores y neurotransmisores actúan como un sistema de candado y llave: así como se necesita la llave correcta para abrir una cerradura específica, un neurotransmisor (la llave) solo se unirá a un determinado receptor específico (la cerradura). Si el neurotransmisor logra actuar en el sitio del receptor, desencadena cambios en la célula receptora.
Neurotransmisores y su clasificación
Los neurotransmisores juegan un papel importante en la vida cotidiana y en nuestro funcionamiento diario: si bien no se sabe exactamente cuántos neurotransmisores existen, se han identificado más de 60 mensajeros químicos distintos.
Los neurotransmisores pueden clasificarse según su función:
Neurotransmisores excitadores
Estos tipos de neurotransmisores tienen efectos excitadores en la neurona, lo que significa que aumentan la probabilidad de que la misma dispare un potencial de acción. Entre los principales neurotransmisores excitadores encontramos la epinefrina y norepinefrina.
Neurotransmisores inhibidores
Tienen efectos inhibidores sobre la neurona y disminuyen la probabilidad de que la misma dispare un potencial de acción. Entre estos encontramos la serotonina y el ácido gamma-aminobutírico.
Neurotransmisores moduladores
Estos son capaces de afectar a un mayor número de neuronas al mismo tiempo, y también influyen en los efectos de otros mensajeros químicos. Cuando los neurotransmisores sinápticos son liberados por los terminales de los axones para lograr un potencial de acción en otras neuronas receptoras, los Neurotransmisores moduladores se difunden a través de un área más grande y son de acción más lenta.
Neurotransmisores: seis distintos tipos
Si bien existen diversas formas de clasificar y categorizar los neurotransmisores, como en base a su función específica, también se pueden ordenar de la siguiente manera:
Aminoácidos
Ácido gamma-aminobutírico: este aminoácido natural actúa como el principal mensajero químico inhibidor del cuerpo: contribuye a la visión, el control motor y juega un papel clave en la regulación de la ansiedad.
Glutamato: el neurotransmisor más abundante que se encuentra en el sistema nervioso, que juega un rol importante en funciones cognitivas como la memoria y el aprendizaje.
Péptidos
Oxitocina: esta poderosa hormona actúa como un neurotransmisor en el cerebro, y es producido por el hipotálamo siendo clave en procesos como el reconocimiento social, las relaciones sociales y la reproducción.
Endorfinas: estos neurotransmisores inhiben la transmisión de las señales de dolor y promueven sentimientos de euforia, y son producidos naturalmente por el cuerpo en respuesta al dolor, aunque también pueden desencadenarse por otras actividades como el ejercicio aeróbico.
Monoaminas
Epinefrina: también conocida como adrenalina, la epinefrina se considera tanto una hormona como un neurotransmisor. Generalmente, la epinefrina es una hormona del estrés que es liberada por el sistema suprarrenal. Sin embargo, funciona como neurotransmisor en el cerebro.
Norepinefrina: esta sustancia química natural es un neurotransmisor que juega un papel importante en el estado de alerta y está involucrado en la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Su función es ayudar a movilizar el cuerpo y el cerebro para actuar en momentos de peligro o estrés.
Histamina: este compuesto orgánico actúa como neurotransmisor en el cerebro y la médula espinal, desempeñando un rol importante en las reacciones alérgicas y se produce como parte de la respuesta del sistema inmunológico a los patógenos.
Dopamina: comúnmente conocido como el neurotransmisor del bienestar, la dopamina está involucrada en la recompensa, la motivación y las adiciones. Varios tipos de drogas adictivas aumentan los niveles de dopamina en el cerebro. Este mensajero químico también juega un papel importante en la coordinación de los movimientos corporales.
Serotonina: tanto hormona como neurotransmisor, la serotonina juega un papel importante en la regulación y modulación del estado de ánimo, el sueño, la ansiedad, la sexualidad y el apetito.
Purinas
Adenosina: esta sustancia química natural actúa como un neuromodulador en el cerebro y participa en la supresión de la excitación y la mejora del sueño.
Trifosfato de adenosina: actúa como un neurotransmisor en los sistemas nerviosos central y periférico. Desempeña un rol en el control autónomo, la transducción sensorial y la comunicación con las células gliales.
Gasotransmisores
Óxido nítrico: este compuesto interviene en la afectación a los músculos lisos, relajándolos para permitir que los vasos sanguíneos se dilaten y aumente el flujo sanguíneo a ciertas áreas del cuerpo.
Monóxido de carbono: este gas incoloro e inodoro puede tener efectos tóxicos y potencialmente fatales cuando las personas están expuestas a niveles altos de la sustancia. Sin embargo, también es producido naturalmente por el cuerpo donde actúa como un neurotransmisor que ayuda a modular la respuesta inflamatoria del cuerpo.
Acetilcolina
Acetilcolina: este es el único neurotransmisor de su clase, y se encuentra tanto en el sistema nervioso central como en el periférico, siendo el neurotransmisor principal asociado con las neuronas motoras. Desempeña un rol clave en los movimientos musculares, así como en la memoria y el aprendizaje.