La biopsicología es una rama de la psicología que analiza cómo el cerebro, los neurotransmisores y otros aspectos de nuestra biología influyen en nuestros comportamientos, pensamientos y sentimientos. Este campo de la psicología también suele mencionarse frecuentemente con una variedad de términos que incluyen biosociología, psicología fisiológica, neurociencia del comportamiento y psicobiología o la neuropsicología, que sería la disciplina clínica y aplicada.
Los biopsicólogos observan cómo los procesos biológicos interactúan con las emociones, las cogniciones y otros procesos mentales. El campo de la biopsicología está relacionado con varias otras áreas, incluida la psicología comparada y la psicología evolutiva.
Biopsicología, historia y orígenes
Si bien la biopsicología puede parecer un desarrollo bastante reciente gracias a la introducción de herramientas y tecnología avanzadas para examinar el cerebro, las raíces del campo se remontan a miles de años en la época de los primeros filósofos.
Si bien ahora consideramos la mente y el cerebro como sinónimos, los filósofos y psicólogos debatieron durante mucho tiempo lo que se conocía como el problema mente y cuerpo. En otras palabras, se preguntaron cuál era la relación entre el mundo mental y el mundo físico.
Puntos de vista de los filósofos sobre la biopsicología
Una cosa importante que hay que recordar es que solo recientemente en la historia de la humanidad la gente ha llegado a comprender la ubicación real de la mente. Aristóteles, por ejemplo, enseñó que nuestros pensamientos y sentimientos surgían del corazón. Pensadores griegos como Hipócrates y más tarde Platón sugirieron que el cerebro era el lugar donde residía la mente y que servía como fuente de todo pensamiento y acción.
Pensadores posteriores como René Descartes y Leonardo da Vinci introdujeron teorías sobre cómo funcionaba el sistema nervioso. Si bien más tarde se demostró que estas primeras teorías eran erróneas, establecieron la importante idea de que la estimulación externa podría conducir a respuestas musculares.
Fue Descartes quien introdujo el concepto de reflejo, aunque investigadores de épocas posteriores demostraron que era la médula espinal la que desempeñaba un papel fundamental en estas respuestas del cuerpo.
Vínculo entre biopsicología y comportamiento humano
Los investigadores también se interesaron en comprender cómo las diferentes partes del cerebro controlan el comportamiento humano. Un primer intento de comprender esto condujo al desarrollo de una pseudociencia conocida como frenología. Según este punto de vista, ciertas facultades humanas podrían estar relacionadas con protuberancias y hendiduras del cerebro que se pueden sentir en la superficie del cráneo.
Si bien la frenología se hizo bastante popular, también fue rechazada por otros científicos, aunque la idea que les dio origen de que ciertas partes del cerebro fueran responsables de ciertas funciones jugó un papel importante en el desarrollo de la investigación cerebral futura.
El famoso caso de Phineas Gage, un trabajador ferroviario que sufrió una lesión cerebral devastadora, también influyó en nuestra comprensión de cómo el daño a ciertas partes del cerebro podría afectar el comportamiento y el funcionamiento. Un caso de especial relevancia para el avance de la neuropsicología.
Investigación en biopsicología más reciente
Desde esas primeras influencias, los investigadores han seguido haciendo importantes descubrimientos sobre cómo funciona el cerebro y los fundamentos biológicos del comportamiento. La investigación sobre la evolución, la localización de la función cerebral, las neuronas y los neurotransmisores ha avanzado en nuestra comprensión de cómo los procesos biológicos impactan lo que pensamos y hacemos.
Neurotransmisores
En el campo de la biopsicología son fundamentales las acciones de los neurotransmisores: estos transportan información entre las neuronas y permiten que los mensajes químicos se envíen desde una parte del cuerpo al cerebro y viceversa.
Existe una variedad de neurotransmisores que afectan al cuerpo de diferentes maneras. Por ejemplo, el neurotransmisor dopamina está involucrado en el movimiento y el aprendizaje. Cantidades excesivas de dopamina se han asociado con trastornos psicológicos como la esquizofrenia, mientras que muy poca dopamina se asocia con la enfermedad de Parkinson.
Un biopsicólogo podría en estos casos estudiar los distintos neurotransmisores para determinar sus efectos en el comportamiento humano.
Biopsicología y sus ramas de ejercicio
En lo que refiere al campo profesional de la biopsicología, existe una enorme variedad de alternativas y subramas: algunos de los que ingresan a este tipo de campo optan por trabajar en investigación, otros por trabajar con pacientes para ayudar a aquellos que han experimentado algún tipo de daño o enfermedad cerebral que ha tenido un impacto en su comportamiento y funcionamiento.
Las siguientes son solo algunas de las especializaciones profesionales relacionadas con la biopsicología:
- Neurocientífico del comportamiento: analiza cómo el cerebro, el sistema nervioso y otros órganos afectan el comportamiento.
- Neurocientífico cognitivo: investiga la actividad cerebral y escanea para investigar cómo las personas piensan, aprenden y resuelven problemas
- Psicólogo comparativo: observa los comportamientos de diferentes especies y los compara entre sí y con los humanos.
- Psicólogo evolutivo: examina las bases evolutivas del comportamiento.
- Neuropsicólogo clínico: conoce el funcionamiento normal y alterado del sistema nervioso central e interviene rehabilitando las disfunciones cognitivas, emocionales y de conducta.