Si bien el Alzheimer y otros tipos de demencia son responsables de muchos casos de pérdida de memoria, lo cierto es que existen otros factores no permanentes que también pueden causar este tipo de alteraciones, e incluso muchos de ellos pueden revertirse fácilmente.
Entonces, ¿qué nos impide almacenar información o poder recordarla? En esta ocasión revisamos algunos de los motivos físicos o de salud que pueden estar provocando este tipo de alteraciones que no tienen relación con el Alzheimer.
Pérdida de memoria por condiciones físicas
Como mencionamos anteriormente, existen otras afecciones además de la demencia o la enfermedad de Alzheimer que pueden provocar pérdida de memoria o problemas con la misma.
Fatiga y privación del sueño
Los beneficios de dormir bien por la noche son muchos: principalmente, es lo que nos permite contar con más energía y tener la capacidad de pensar con claridad mientras estamos despiertos. Se ha demostrado que la fatiga producto de no descansar bien por la noche, al igual que tener una falta crónica de sueño, afectan la memoria y el aprendizaje.
Apnea del sueño
La apnea del sueño, en la que dejas de respirar durante unos segundos mientras duermes, se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia. Un estudio publicado en los últimos años también relacionó la apnea del sueño con problemas de memoria, lo que no es sorprendente dado que la falta de sueño puede causar olvidos y una disminución del funcionamiento cerebral.
Golpes en la cabeza o lesiones neurológicas
Las conmociones cerebrales y las lesiones neurológicas pueden causar deterioro de la memoria a corto plazo, y algunas investigaciones han descubierto que también pueden aumentar la probabilidad de que se desarrolle demencia a lo largo de los años.
Para prevenir este tipo de episodios, es fundamental tomar medidas de seguridad a la hora de practicar deportes o actividades con riesgo de sufrir traumatismos. Y, si se produce una conmoción cerebral, es importante dejar que la lesión se recupere por completo antes de regresar a las actividades habituales.
Problemas con la tiroides
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden causar problemas cognitivos como pérdida de memoria y confusión mental. Si se observa una lentitud cerebral o que resulta más difícil recordar cosas, es fundamental consultarlo con el médico. En caso de que las alteraciones cognitivas sean el resultado de un problema con la tiroides, el tratamiento puede mejorar considerablemente estos síntomas.
Trastornos renales
Cuando los riñones no funcionan bien, como en la insuficiencia renal crónica o aguda, la acumulación de productos de desecho, como la descomposición de proteínas, puede afectar la función cerebral. Además, los estudios publicados en los últimos años han demostrado que las personas con albuminuria (la presencia de proteína de albúmina en la orina) tienen más probabilidades de presentar deterioro de la memoria y la cognición.
Infecciones
Las infecciones, como la neumonía o las infecciones del tracto urinario, pueden causar olvidos, especialmente en adultos mayores y otras personas con enfermedades crónicas. Para algunos sujetos, el delirio, un cambio repentino en la capacidad mental, es uno de los únicos signos externos de una infección, por lo que es importante siempre informar este tipo de episodios al médico ante su aparición. El tratamiento oportuno y adecuado suele ayudar a restaurar la memoria y el aspecto cognitivo a su estado normal.
Trastornos del hígado
Las enfermedades hepáticas, como la hepatitis, pueden hacer que se liberen toxinas en el torrente sanguíneo, lo que puede afectar el funcionamiento del cerebro. La encefalopatía hepática es un trastorno cerebral relacionado que puede desarrollarse a partir de problemas hepáticos graves. Si existen problemas hepáticos y se observa alguna dificultad con la memoria, es fundamental hablar con el médico para obtener un diagnostico concreto y un abordaje de la situación.
Encefalitis
Esta infección aguda del tejido cerebral puede desencadenar síntomas de demencia, como confusión y problemas de memoria, junto con fiebre, dolores de cabeza e incluso convulsiones.
Deficiencia de vitamina B12
La vitamina B12 es una vitamina muy importante. En casos más extremos, los déficits de la misma han causado síntomas que se han confundido con la demencia. Al recibir una cantidad adecuada de esta vitamina, esos síntomas pueden mejorar e incluso desaparecer.
El embarazo
A veces, los cambios en las sustancias químicas y hormonas del cuerpo, combinados con los cambios emocionales y físicos del embarazo, pueden contribuir al olvido y la falta de concentración.
Menopausia
Al igual que en el embarazo, los cambios hormonales en la menopausia pueden traer caos a los procesos de pensamiento y perturbar el sueño, lo que también afecta sus procesos cognitivos. Algunos médicos recetan suplementos hormonales u otros tratamientos para aliviar los síntomas temporales de la menopausia.
Ictus
Los ictus pueden afectar significativamente el funcionamiento del cerebro. En algunas ocasiones, la pérdida de memoria relacionada con el ictus es permanente, pero también puede suceder que el funcionamiento cognitivo mejore a medida que el cerebro se recupera o cuando se trata de un Accidente Isquémico Transitorio (AIT) que suelen ser pérdidas reversibles.
Tumores cerebrales
Los tumores cerebrales pueden causar dolores de cabeza y problemas físicos, pero también pueden afectar nuestra memoria y personalidad en ocasiones. Según la gravedad y el tipo de tumor, el tratamiento puede resultar efectivo para aliviar los síntomas.
Envejecimiento
A medida que las personas envejecen, el procesamiento cognitivo se ralentiza y la capacidad de memoria puede disminuir levemente. Por ejemplo, una persona mayor y sana aún podrá memorizar información, pero probablemente no será tan fácil como cuando era niño o joven adulto.