La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para modificar sus conexiones o reconectarse a sí mismo. En promedio, el cerebro utiliza 100 mil millones de conexiones neuronales para enviar y recuperar información: cuando una parte de estas conexiones se daña por una lesión (como el ictus), estas pueden volver a generarse a través de un proceso llamado neuroplasticidad.
Aunque el daño cerebral no puede revertirse, la neuroplasticidad puede reconfigurar funciones en áreas nuevas y saludables del cerebro y de esta manera compensar el daño sufrido tras el ictus.
Entendiendo de qué hablamos cuando hablamos de ictus
Un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular o derrame cerebral, es la pérdida del flujo sanguíneo a una parte del cerebro. Esto ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria en el cerebro o cuando se produce una hemorragia de un vaso sanguíneo.
En cualquiera de los casos, las células cerebrales mueren y el cerebro se daña de forma temporal o permanente. Dependiendo del área del cerebro que se haya visto privada de oxígeno, quien lo haya sufrido podrá experimentar pérdida de memoria, problemas en la motricidad, en la comunicación, entre otros. Si se restablece el flujo sanguíneo o se alivia la presión rápidamente mediante tratamiento médico, el cerebro puede recuperarse por completo.
Dos tipos de accidente cerebrovascular: isquémico y hemorrágico
Accidente cerebrovascular isquémico. Este tipo de accidente cerebrovascular ocurre cuando hay una alteración del aporte de sangre a un territorio del cerebro, que puede ser originado por varias causas.
Ataque Ictus hemorrágico. Cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe o gotea debido a la debilidad de la pared del vaso, la sangre fluye en el cerebro o alrededor del mismo. Este sangrado daña las células y el tejido del cerebro.
Efectos del accidente cerebrovascular
El cerebro es un órgano extremadamente complejo que se encarga de controlar las funciones corporales: si ocurre un accidente cerebrovascular y el flujo sanguíneo no puede llegar a la región que controla una función corporal en particular, esa parte del cuerpo no funcionará como debería.
Si el accidente cerebrovascular ocurre hacia la parte posterior del cerebro, por ejemplo, es probable que se produzca alguna discapacidad relacionada con la visión. Los efectos de un accidente cerebrovascular dependen principalmente de la ubicación de la lesión y la extensión del tejido cerebral afectado.
Rehabilitación tras el ictus y neuroplasticidad
Lo primero que debemos comprender es que cada cerebro está organizado de manera diferente, y como resultado, cada recuperación tras un accidente cerebrovascular tendrá sus propias particularidades.
El objetivo de la rehabilitación tras el accidente cerebrovascular es ayudar al paciente a volver a aprender esas habilidades que perdió como consecuencia de la lesión en el cerebro, siendo la neuroplasticidad una capacidad natural fundamental que apoya al proceso y permite lograr estos avances que le devuelven calidad de vida e independencia a la persona.
¿Qué implica la rehabilitación de un accidente cerebrovascular?
Existen muchos enfoques para la rehabilitación del accidente cerebrovascular, y la neuroplasticidad juega un papel fundamental en cada uno de ellos. Si bien el tratamiento dependerá de qué áreas del cerebro se hayan visto afectadas y las necesidades específicas del paciente, vale la pena conocer cuáles son las áreas que generalmente intervienen en este tipo de rehabilitación.
Los especialistas que pueden ayudar con las necesidades físicas incluyen:
- Médicos. El medico atención primaria será quien tome el primer contacto con el paciente y ayude a prevenir complicaciones. Por otro lado, también podrá asesorar al paciente tras el ictus para que pueda llevar adelante un estilo de vida más saludable y prevenir otro accidente cerebrovascular.
- Fisioterapeutas. Estos especialistas se ocuparán de ayudar al paciente a volver a aprender habilidades motrices afectadas como caminar y mantener el equilibrio.
- Terapeutas ocupacionales. ayudarán al paciente a trabajar las dificultades cognitivas, sensoriales, del movimiento… dentro de actividades significativas, para favorecer la generalización de los aprendizajes (que el paciente pueda utilizar estas habilidades en diferentes contextos y en su vida cotidiana). Se trabajan también de forma específica la realización de actividades diarias básicas, como bañarse, vestirse… y otras más complejas como realizar la compra, recuperar las habilidades laborales etc. Los terapeutas ocupacionales también pueden ayudar a adaptar el hogar para que el mismo sea más seguro y accesible para el paciente.
Los especialistas que se enfocan en habilidades cognitivas y emocionales son:
- Logopedas. Estos especialistas se enfocarán en ayudar al paciente a mejorar sus habilidades de comunicación y también su capacidad para tragar y deglutir alimentos.
- Neuropsicólogos. se encargarán de evaluar las habilidades cognitivas del paciente y ayudan a abordar sus dificultades conductuales y emocionales.
El aporte de la neuroplasticidad
La neuroplasticidad, entendiéndola como esta capacidad que tiene el cerebro de cambiar y reorganizarse mediante la creación de nuevas conexiones entre las células cerebrales, permite que el área sana del cerebro del paciente sea capaz de asumir las funciones de la parte lesionada y, como resultado, pueda volver a aprender las habilidades que se perdieron como consecuencia de la lesión. Se trata de un elemento clave en cualquier tratamiento de rehabilitación, siendo los especialistas los encargados en utilizar técnicas adecuadas de practica constante y repetida para la recuperación de habilidades perdidas o afectadas.
Esencialmente, cualquier habilidad que pueda practicarse incluso con un gran nivel de dificultad, podrá volver a aprenderse. Llevar adelante una vida normal tras un ictus, y recuperar la autonomía es posible, y en DACER contamos con un equipo de profesionales especializados, listos para ayudarlo.