La mayor parte de la información que nos llega referente a la pandemia por infecciones de COVID-19, tiene que ver con datos como: el número de muertos, la aparición de nuevos signos y síntomas y la búsqueda de tratamientos viables para la cura de la enfermedad. Sin embargo, es importante conocer otros datos relacionados con esta pandemia, como por ejemplo, dentro del porcentaje de recuperados por COVID-19, una parte de ellos presentará diversas consecuencias que perdurarán en tiempo.
El cerebro en épocas de COVID-19
Sabemos que ciertas infecciones virales y bacterianas pueden tener consecuencias duraderas para el cerebro como, por ejemplo, la encefalitis, que es la inflamación del encéfalo. Se está observando algunos síntomas de tipo neurológico en pacientes que ha padecido la COVID-19 como falta de atención, concentración y fatiga mental.
No obstante, en la mayoría de los casos, esta sintomatología puede mejorar si se recibe el tratamiento especializado e individualizado adecuado. En DACER contamos con un programa de rehabilitación enfocado a pacientes que han padecido COVID-19.
¿Puede una infección viral afectar el cerebro?
Una infección viral puede afectar al cerebro, directa e indirectamente. Existe gran diversidad de virus que pueden causar daño cerebral, algunos conocidos como el virus del herpes, la rubeola, etc.
Se observan cinco situaciones diferentes en las que los pacientes sufren síntomas neurológicos debido a una infección:
- Infección directa de tejidos cerebrales, siendo estos casos más raros
- Encefalitis y meningitis
- Tormentas de citoquinas
- Desregulación del sistema nervioso autónomo
- Hipoxia
Infección directa de tejidos cerebrales (menos común)
El virus, al atravesar la barrera hematoencefálica, infecta a las células cerebrales. Como hemos comentado anteriormente, es poco frecuente, pero cuando esto ocurre compromete seriamente la salud del paciente.
Encefalitis y Meningitis
La encefalitis es hinchazón e inflamación del encéfalo mientras que la meningitis es la inflamación e inflamación de las meninges (membrana protectora que cubre el cerebro y la médula espinal). El término encefalopatía se utiliza para describir cuando el daño de las meninges o del encéfalo (o de ambos) es permanente. Los tres fenómenos mencionados pueden ser causados por un virus.
Tormentas de citoquinas (sistema inmunitario hiperactivo)
Las citoquinas son sustancias químicas que el cuerpo produce para realizar diversas funciones, incluyendo la guía y el control de la respuesta inmune.
En ocasiones, las citocinas pueden reaccionar de forma exagerada, llegando a dañar o incluso a matar a las células del organismo, provocándose lo que se conoce como “tormenta de citoquinas”. Dicha respuesta es una de las reacciones más graves que puede desarrollar un organismo frente a un virus, llegándose a necesitar el ingreso del paciente en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), con una desregulación e inflamación generalizadas.
Desregulación del sistema nervioso autónomo (SNA)
Casi cualquier trauma puede afectar nuestro sistema nervioso autónomo, y los virus no son una excepción. En algunos pacientes el sistema nervioso simpático no termina de relajarse incluso después de que el cuerpo haya eliminado la amenaza (el virus) lo que genera una respuesta del sistema nervioso de hiperreactivación. Un sistema nervioso hiperractivo puede causar todo tipo de síntomas, como dolores de cabeza, problemas de presión arterial, palpitaciones cardíacas, sensibilidad a la luz y al ruido, problemas gastrointestinales y más.
Hipoxia
La hipoxia, que significa que se tiene (deficiencia de oxígeno en algunos o todos los tejidos del cuerpo) también puede causar síntomas a largo plazo si ocurre en el cerebro. Si un virus causa dificultad para respirar (como COVID-19) o infecta e interfiere en las células pulmonares, el resultado podría ser una hipoxia.
¿Cómo afecta COVID-19 al cerebro?
Si bien aún no se sabe con certeza si el COVID-19 puede afectar de manera directa las células cerebrales, sí existen datos sobre un número notable de pacientes que ha sufrido síntomas neurológicos. Los especialistas están utilizando una variedad de pruebas, que incluyen tomografías computarizadas, resonancia magnética, análisis de sangre y electroencefalograma (EEG) para investigar las respuesta de estos pacientes. Sin embargo, se trata de investigaciones que, al igual que la misma pandemia, se encuentran en desarrollo.
Algunos de los pacientes con COVID-19 han reportado síntomas de confusión, mareos, dolores de cabeza, dolores musculares y otros signos relacionados con la función del sistema nervioso, se han registrado casos de encefalitis y tormentas de citoquinas en varios de ellos, pudiendo esto dar lugar a algunos de los casos más graves de la enfermedad.
La disfunción cerebral después de la infección viral es tratable
Como hemos mencionado antes, muchos pacientes que se recuperan de una infección como el COVID-19 sufren de efectos neurológicos posteriores a la enfermedad. Estos síntomas persistentes después de la infección viral pueden ser tratados a través de un programa especializado e individualizado por parte de un equipo multidisciplinar. En DACER contamos con un programa especialmente diseñado para tratar este tipo de situaciones y ofrecer a los pacientes recuperados de COVID-19 la oportunidad de reponerse de las secuelas de la infección y mejorar su calidad de vida.