A la hora de buscar la recuperación del movimiento y de la fuerza tras el daño cerebral, existen pocos enfoques tan efectivos como la fisioterapia: el profesional encargado del tratamiento de rehabilitación actuará como entrenador durante todo el proceso de recuperación, ayudando al paciente a encontrar formas de recuperar su independencia y autonomía.
Existen variadas técnicas e intervenciones que pueden aplicar los fisioterapeutas para ayudar a los pacientes con daño cerebral a lograr estos objetivos. En esta ocasión, revisaremos algunas de las más efectivas y frecuentes para la recuperación del control motor en personas con lesión neurológica.
Daño cerebral: Intervenciones de fisioterapia
El objetivo principal de la fisioterapia es recuperar el movimiento independiente, y para las personas con afecciones neurológicas, como el daño cerebral traumático, esto implicará la activación de un fenómeno conocido como neuroplasticidad.
La neuroplasticidad es la capacidad del sistema nervioso central para reorganizar sus circuitos, siendo una de las mejores formas de activarla la práctica masiva de ejercicios. Esta práctica constante enfocada en tareas específicas ayuda a reforzar la demanda de esas funciones, lo que mejora la neuroplasticidad.
Reeducación neuromuscular
La reeducación neuromuscular busca volver a entrenar el sistema nervioso para que produzca un movimiento normal. Después de una lesión neurológica, la relación entre el cerebro y los músculos puede verse afectada. Afortunadamente, el uso de métodos de reentrenamiento específicos que activan la neuroplasticidad en el cerebro mejora esas nuevas conexiones neuronales.
Al hacerlo, la reeducación neuromuscular puede mejorar la función de su sistema nervioso y la forma en que produce el movimiento. La mayor parte implicará practicar movimientos específicos, como mover los brazos o ponerse de pie. Cuanto más se practique y repita el ejercicio, más se reforzarán esas vías, lo que fortalece la conexión entre el cerebro y los músculos.
Ejercicio pasivo
El ejercicio pasivo es otra intervención que los fisioterapeutas suelen utilizar para ayudar a una persona a recuperar el movimiento. Algunos pacientes pueden sufrir de parálisis tras el daño cerebral, lo que hace que les resulte casi imposible mover sus músculos.
Para tratar esta afección, el fisioterapeuta puede indicar ejercicio pasivo, que es cuando otra persona mueve el músculo afectado cuando el paciente no puede hacerlo.
Aunque técnicamente el paciente no está moviendo el musculo, tener a otra persona que lo haga es suficiente para estimular el cerebro, lo que puede reavivar las redes neuronales que generan el movimiento. A medida que las conexiones entre el cerebro y los músculos se fortalecen, el paciente podrá tomar el control y continuar mejorando su movimiento.
Entrenamiento vestibular
El fisioterapeuta podrá enseñar al paciente a recuperar el equilibrio a través del entrenamiento vestibular: durante este tipo de intervención, el profesional realizará una serie de pruebas de visión y equilibrio para determinar si los problemas provienen del oído interno, una parte del sistema vestibular.
Según los resultados, se creará un plan de ejercicios personalizado para abordar la afectación vestibular de manera específica.
El entrenamiento vestibular también puede involucrar diferentes técnicas de equilibrio que ayudarán al paciente a reducir las caídas y prevenir lesiones.
Entrenamiento de la marcha
Para recuperar la capacidad de caminar, el fisioterapeuta le pedirá al paciente que practique los movimientos que se encuentran involucrados en la marcha. La neuroplasticidad requiere de especificidad para funcionar de manera óptima, por lo que realizar las acciones específicas que se encuentran limitadas es fundamental para recuperarlas.
El entrenamiento de la marcha comienza con formas asistidas de caminar primero, como utilizar una cinta de correr con un arnés corporal. A medida que la fuerza del paciente mejora, se irá avanzando progresivamente hasta usar un andador o un bastón y finalmente caminar sin apoyo.
Terapia de movimiento inducido por restricción (TMIR)
La terapia de movimiento inducido por restricción (TMIR) es un tipo de rehabilitación motriz de la extremidad superior muy utilizada después del daño cerebral adquirido.
Esta terapia se basa en dos aspectos fundamentales: la restricción del movimiento en el lado sano y el uso forzado del lado afecto.
Fisioterapia acuática
La fisioterapia acuática es una forma de fisioterapia que se lleva a cabo en una piscina climatizada.
Durante una sesión, el profesional trabaja individualmente con el paciente mientras el mismo está flotando o parado en el agua.
La flotabilidad del agua permite a una persona participar en fisioterapia con presión reducida sobre las articulaciones. Además, la viscosidad del agua ofrece más resistencia al movimiento, lo que ayuda a aumentar la fuerza y la resistencia muscular.
La terapia acuática es ideal para pacientes con movimiento limitado, ya que permite al paciente experimentar más libertad en el movimiento de su cuerpo y un mayor desafío para sus músculos.
DACER y fisioterapia para pacientes con daño cerebral
La fisioterapia, con el enfoque en ayudar al paciente a recuperar la función física, es uno de los aspectos más cruciales de la rehabilitación tras el daño cerebral. Esperamos que este artículo haya ayudado a comprender mejor las diferentes intervenciones de la fisioterapia que se encuentran disponibles para mejorar la calidad de vida de quienes han sufrido lesión neurológica y ayudarlos a recuperar su autonomía física. En DACER creemos en el enfoque holístico y abordamos a cada uno de nuestros pacientes de manera multidisciplinar, pensando siempre en sus necesidades específicas.