La espasticidad es una rigidez incontrolada de los músculos causada por una interrupción de las señales del cerebro. El inicio de la espasticidad después de un traumatismo craneoencefálico (TCE) suele aparecer de manera rápida, ocurriendo en la mayoría de los casos dentro de la semana de producida la lesión.
Debido a que la espasticidad es un problema que tiene sus raíces en el cerebro, los tratamientos deben involucrar la neuroplasticidad, el mecanismo de reparación natural del cerebro, para que sean efectivos.
En este artículo, comentaremos acerca de las causas de la espasticidad tras el TCE y cuáles son las mejores formas de tratarla.
TCE y causas de espasticidad
La espasticidad está asociada con una condición llamada hiperreflexia, que provoca una mayor actividad del reflejo que se encuentra dentro de los músculos. Este reflejo es en realidad una contracción muscular que ocurre cuando el músculo se estira o alarga.
Cuando se estira un músculo, se activan los receptores dentro del mismo, lo que evita que se estiren demasiado y se desgarren. Este proceso está controlado por el sistema nervioso central. Normalmente, los músculos y el cerebro se envían mensajes entre sí a través de la médula espinal, lo que le permite al cerebro saber cuándo contraer los músculos y cuándo liberarlos.
Sin embargo, tras haber sufrido un TCE, esta comunicación se interrumpe, lo que conduce a un desequilibrio de señales. Como resultado, el reflejo nunca se activa, lo que resulta en un estado constante de contracción. Este estado es lo que los profesionales denominan espasticidad.
TCE: signos y síntomas de espasticidad
La espasticidad posterior al TCE causa principalmente rigidez muscular. Si la espasticidad persiste, el músculo puede acortarse permanentemente, provocando contracturas y pérdida de movilidad.
Otros signos de espasticidad pueden incluir:
- Espasmos musculares
- Deformidad articular
- Fatiga muscular
- Cruce involuntario de piernas
Afortunadamente, se pueden prevenir muchos de estos con una intervención temprana para la espasticidad.
La neuroplasticidad en la intervención de la espasticidad
La forma más eficaz de superar la espasticidad tras el TCE es abordar la causa raíz: dado que la causa de la espasticidad es la mala comunicación entre el cerebro y los músculos, su tratamiento debe necesariamente implicar la restauración de esa conexión, siendo fundamental para esto el proceso que conocemos como neuroplasticidad.
La neuroplasticidad, como ya hemos mencionado en diferentes ocasiones, refiere a la capacidad del cerebro para reconectarse y crear nuevas vías neuronales: esto permite que las áreas no dañadas del cerebro asuman funciones de las lesionadas.
Estas nuevas vías se forman a través de ejercicios terapéuticos repetitivos, lo que significa que la mejor manera de tratar la espasticidad es ejercitar los músculos afectados.
Cuanto más se activen los músculos, más se reforzarán esas nuevas vías neuronales. Esto, a su vez, conducirá a facilitar la comunicación entre el cerebro y músculos y, eventualmente, a reducir la espasticidad.
TCE y tratamiento de la espasticidad severa
¿Qué pasa si la espasticidad es tan severa que el paciente ni siquiera logra mover los músculos? Para este tipo de casos también existen alternativas.
Es posible que la espasticidad se resuelva por sí sola a medida que el cerebro se cura, pero en algunos casos, la espasticidad es tan severa que el músculo se paraliza lo que puede dificultar mucho la participación de la neuroplasticidad y la recuperación.
Para casos severos existen dos abordajes:
Estiramiento y rango de movimiento pasivo
Los ejercicios de estiramiento y de rango de movimiento pasivo pueden ayudar a minimizar los efectos de la espasticidad tras el TCE. Los estiramientos son importantes para prevenir contracturas, lo que preserva la movilidad articular.
Por otro lado, los ejercicios pasivos tienen un beneficio adicional, ya que también pueden activar la neuroplasticidad. De hecho, los estudios de neuroimágen han descubierto que los ejercicios de movimiento pasivo activan la corteza motora primaria, la parte del cerebro responsable del movimiento voluntario.
Por lo tanto, hacer que el profesional a cargo de la rehabilitación mueva el brazo o la pierna por el paciente puede ayudar a reparar la conexión del cerebro con los músculos. Y cuanto más fuerte sea la comunicación, menos espasticidad se experimentará.
Inyecciones de Bombas de Baclofeno
Si la espasticidad afecta muchas partes del cuerpo a la vez, las inyecciones de bombas de Baclofeno son sumamente eficaces para su tratamiento. Estas son un pequeño dispositivo del tamaño de un disco de hockey que se implanta debajo de la piel.
Posteriormente, el dispositivo libera pequeñas cantidades de Baclofeno en el espacio que rodea la médula espinal, permitiendo que el medicamento llegue a varios grupos de músculos a la vez.
Si bien se trata de un método muy utilizado, lo cierto es que se trata de una solución temporal: una vez que los efectos desaparezcan, la espasticidad regresará. Para obtener el enfoque más eficaz, los pacientes deben combinar estos medicamentos con ejercicios de movimiento pasivo o ejercicio activo de ser posible.
El TCE y la espasticidad son tratables
La espasticidad tras el TCE puede ser una condición dolorosa y generar frustración en el paciente, pero es tratable. En DACER contamos con un equipo de profesionales preparados para el abordaje de este tipo de problemáticas asociadas a las lesiones neurológicas.
A medida que avance la rehabilitación y el sistema nervioso central optimice sus vías de comunicación, la espasticidad comenzará a disminuir. En estos casos, la persistencia y el compromiso con el tratamiento son fundamentales para lograr los mejores resultados y recuperar la autonomía funcional de la zona afectada.