La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman nuevas neuronas en el cerebro: este es crucial cuando un embrión se está desarrollando, pero también continúa en ciertas regiones del cerebro después del nacimiento y durante toda nuestra vida.
El cerebro maduro tiene muchas áreas especializadas de función y neuronas que difieren en estructura y conexiones. El hipocampo, por ejemplo, que es una región del cerebro que juega un papel importante en la memoria y tiene al menos 27 tipos diferentes de neuronas.
La increíble diversidad de neuronas en el cerebro resulta de la neurogénesis regulada durante el desarrollo embrionario. Durante el proceso, las células madre neurales se diferencian, es decir, se convierten en uno de varios tipos de células especializadas, en momentos y regiones específicas del cerebro.
Las células madre pueden dividirse indefinidamente para producir más células madre, o diferenciarse para dar lugar a células más especializadas, como las células progenitoras neurales. Estas propias células progenitoras se diferencian en tipos específicos de neuronas. Las células madre neurales también pueden diferenciarse en células progenitoras gliales, que dan lugar a células gliales como astrocitos, oligodendrocitos y microglía.
Hasta hace poco, los neurocientíficos creían que el sistema nervioso central, incluido el cerebro, era incapaz de neurogénesis y de regeneración. Sin embargo, las células madre se descubrieron en partes del cerebro adulto en la década de 1990, y ahora se acepta que la neurogénesis adulta es un proceso normal que ocurre en el cerebro sano.
Células madre neurales
Las células madre son células biológicas indiferenciadas que pueden generar diferentes tipos de células especializadas mediante un proceso denominado diferenciación. Algunas células madre pueden convertirse en cualquier tipo de célula diferenciada de nuestro cuerpo (a esta se las denomina totipotentes) o en casi cualquier tipo de célula (pluripotentes). Por otro lado, aquellas que solo pueden convertirse en tipos de células específicas y estrechamente relacionadas se conocen como multipotentes, como los diferentes tipos de células en un tejido. También hay células madre que ya están comprometidas a ser un tipo específico de célula (unipotentes), pero que tienen la capacidad de autorrenovarse a través de la división celular. Esta capacidad de autorrenovación es otra característica distintiva de las células madre.
Las células madre neurales son las células madre multipotentes y autorrenovables del sistema nervioso: estas pueden generar nuevas neuronas y células gliales (siendo estas últimas las células cerebrales no neuronales que brindan apoyo y protección a las neuronas, también conocidas como neuroglia o glía).
¿Dónde ocurre la neurogénesis en el cerebro?
Las células madre neurales (CMN) residen en regiones específicas del cerebro conocidas como «nichos neurogénicos». Estas regiones tienen características moleculares y celulares que crean un microambiente que permite que ocurra el desarrollo neuronal. En los mamíferos adultos, hay dos regiones neurogénicas donde residen las CMN: la zona subventricular que recubre los ventrículos laterales y la zona subgranular de la circunvolución dentada en el hipocampo.
La neurogénesis fuera de estas dos regiones suele ser relativamente inactiva en el cerebro de los mamíferos adultos. Sin embargo, se han reportado sitios no canónicos de neurogénesis en diferentes especies (con regiones que varían entre ellas), incluyendo el neocórtex, cuerpo estriado, amígdala, hipotálamo, sustancia negra, cerebelo y tronco encefálico.
La mayor parte de la investigación sobre neurogénesis adulta se ha centrado en el área de circunvolución dentada del hipocampo. Se ha observado neurogénesis adulta del hipocampo en todas las especies de mamíferos estudiadas hasta la fecha. En el cerebro humano adulto, la neurogénesis parece ocurrir en el hipocampo, un área del cerebro que es particularmente importante para funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria, y para las emociones, el estado de ánimo, la ansiedad y la respuesta al estrés.
Otra área donde se ha encontrado evidencia de neurogénesis adulta en humanos es el cuerpo estriado, que es conocido principalmente por su papel en la coordinación motora, pero también tiene papeles importantes en la regulación de la recompensa, la aversión, la motivación y el placer. El cuerpo estriado también se reconoce como una estructura clave en las funciones cognitivas superiores, particularmente en la «flexibilidad cognitiva», la capacidad de adaptar los objetivos de comportamiento en respuesta a las demandas contextuales cambiantes.
¿Cómo nacen las neuronas nuevas?
Las CMN hacen la transición entre los estados inactivo y activo al salir y entrar en el ciclo de división celular, respectivamente. Estas pueden permanecer inactivas durante períodos prolongados, y una vez activadas, pueden autorrenovarse (someterse a división celular para producir otras CMN) y/o generar células progenitoras neurales que pueden diferenciarse en neuronas (neurogénesis) o células gliales (gliogénesis). Por lo tanto, las CMN mantienen un grupo persistente de supuestas neuronas nacidas de adultos.
Para que las nuevas neuronas se generen por completo, las células deben pasar por las múltiples etapas de la neurogénesis adulta: activación de las células madre neurales, proliferación de células progenitoras, diferenciación y especificación del destino, migración, maduración, e integración en los circuitos neuronales existentes.
Mientras maduran, las neuronas recién nacidas comienzan a adquirir su morfología típica al extender y ramificar sus axones y dendritas, las proyecciones que les permiten llegar a otras neuronas; este proceso se llama neuritogénesis. Luego establecen contacto formando nuevas sinapsis (las estructuras de comunicación neuronal) con otras neuronas, en un proceso conocido como sinaptogénesis. Esto les permite transmitir información a otras neuronas e integrarse completamente en los circuitos neuronales funcionales.
Factores que influyen en la neurogénesis
La neurogénesis es muy sensible a factores externos y endógenos: tanto nuestro entorno como nuestros comportamientos diarios influirán en gran medida en nuestras capacidades cognitivas. Un entorno estimulante, que implica niveles más altos de actividad física y mental, interacción social y estimulación sensorial y motora puede mejorar la tasa de neurogénesis, potenciando las diferentes etapas del proceso en el hipocampo. Como consecuencia, podemos promover activamente la neurogénesis ajustando nuestros hábitos y estilo de vida.
En el caso de personas que hayan sufrido daño cerebral, la neurogénesis junto con la neuroplasticidad juegan un rol fundamental en la rehabilitación, siendo procesos que permiten que ciertas funciones perdidas como consecuencia de la lesión a determinadas regiones del cerebro puedan volver a utilizarse en virtud de nuevas conexiones.