Los dolores de cabeza son una de las molestias neurológicas más comunes: la mayoría de las personas experimentarán dolores de cabeza en algún momento de su vida y se estima que cerca del 50% de la población mundial sufre un trastorno de dolor de cabeza en algún momento. La Organización Mundial de la Salud considera que los dolores de cabeza son una de las afecciones más incapacitantes que podemos experimentar las personas, según el impacto que pueden tener estas molestias crónicas en la calidad de vida.
Entendiendo los dolores de cabeza
Existen más de 200 tipos diferentes de dolores de cabeza, que se clasifican en términos generales como de tipo primarios o secundarios. Los dolores de cabeza primarios son aquellos que no están claramente asociados con ninguna enfermedad o alteración estructural; a menudo son benignos y constituyen la mayoría de los dolores de cabeza. Los de tipo secundarios por su parte son menos comunes, pero también pueden indicar una situación mucho más peligrosa, ya que pueden ser un síntoma de algún problema subyacente como una infección, lesión, ictus o la presencia de un tumor. Si bien los dolores de cabeza secundarios no siempre son graves, es más probable que lo sean que los de tipo primarios.
Entendiendo los dolores de cabeza primarios
Hay varias categorías que se utilizan para clasificar los dolores de cabeza primarios: migraña, cefalea tensional, cefalalgias autonómicas del trigémino y otras cefaleas primarias. Cada una de estas categorías también contiene varios subtipos de dolor de cabeza. La migraña y la cefalea tensional son los dos tipos más comunes de dolores de cabeza primarios, mientras que las cefalalgias autonómicas del trigémino son poco frecuentes y solo se estima que afectan a aproximadamente 1 de cada 1000 personas.
Dolor de cabeza de tipo tensional
La cefalea tensional es el tipo más común de cefalea primaria: es probable que hasta el 80% de las personas experimenten al menos una cefalea tensional en un año determinado y se estima que alrededor del 40% de la población mundial la padece de manera crónica. Sus síntomas incluyen un dolor de cabeza de intensidad leve a moderada que afecta a ambos lados de la cabeza y generalmente se siente como presión u opresión alrededor de la cabeza.
Aunque la fisiopatología de la cefalea tensional no se ha terminado de comprender completamente, se cree que implica aspectos tanto de los periféricos y el sistema nervioso central. De forma periférica, los pacientes que la padecen presentan anomalías en la sensibilidad de los músculos asociados a la cabeza, que tienden a ser más sensibles al dolor. Por razones que no están claras, estos músculos también suelen ser más duros en los pacientes con cefalea tensional; esta dureza también se asocia con un aumento de la sensibilidad y el dolor, y podría indicar una contracción excesiva de los músculos de la cabeza.
Aunque numerosos estudios han documentado el aumento de la sensibilidad y la dureza de los músculos de la cabeza en pacientes con cefalea tensional, aún no se sabe qué tipo de estímulo podría actuar como «desencadenante» para causar la generación de señales de dolor excesivo de estos músculos. Se han identificado varias causas potenciales, como la contracción muscular sostenida como la que se observa al apretar los dientes, las anomalías en el flujo sanguíneo y la señalización iniciada por mensajeros químicos inflamatorios como la serotonina.
Migrañas
La migraña es el segundo tipo de trastorno de dolor de cabeza primario más prevalente y afecta a más del 10% de la población mundial. A veces, las migrañas pueden ser difíciles de diferenciar de la cefalea tensional, pero existen algunas diferencias sintomáticas distintas entre las dos afecciones. Por ejemplo, las migrañas tienden a afectar solo un lado de la cabeza y generalmente se caracterizan por un dolor punzante o pulsátil (a diferencia del dolor similar a la presión que se siente en la cefalea tensional). Además, a diferencia de la cefalea tensional, las migrañas generalmente empeoran con la actividad física y, a menudo, se asocian con náuseas y vómitos. Las migrañas pueden durar desde varias horas hasta varios días e involucran una variedad de síntomas que van desde problemas como náuseas y vómitos hasta alteraciones sensoriales como sensibilidad extrema a la luz y los sonidos.
En muchas personas que sufren de migraña, también hay un período definido de alteración neurológica que ocurre justo antes de la aparición de un dolor de cabeza. Esto se conoce como aura y puede incluir una variedad de síntomas como: alteraciones visuales como luces intermitentes o pérdida de la visión, entumecimiento u hormigueo en la cara o las extremidades, temblor, debilidad, alucinaciones auditivas o dificultad para hablar.
Se cree que múltiples regiones del cerebro pueden ser responsables del diverso grupo de síntomas prodrómicos. Una hipótesis indica que la activación de neuronas hipotalámicas puede provocar la estimulación de neuronas en el tronco encefálico, dando lugar a la liberación de sustancias que favorecen la vasodilatación y la inflamación. Estos procesos están asociados con la estimulación de nociceptores en las capas meníngeas que rodean el cerebro, así como con la activación de neuronas asociadas con el nervio trigémino, la principal vía del dolor de cabeza y cara. Aunque todavía no está claro por qué estos efectos relativamente menores resultarían en señales de dolor tan intensas como las que se ven en las migrañas, es posible que quienes padecen migrañas también tengan una mayor sensibilidad en estas vías del dolor, lo que hace que lo que debería ser un dolor leve sea insoportable.
Las auras que experimentan muchas personas que sufren de migraña también están asociadas con ondas anormales de actividad eléctrica en el cerebro, que se conocen como depresión de propagación cortical. En este caso, una onda de excitación o despolarización se propaga a través de las neuronas de la corteza; le sigue una ola de inhibición o hiperpolarización. Esta actividad cerebral anormal está asociada con la liberación de sustancias proinflamatorias, que pueden hacer que los nociceptores de las meninges se activen y provoquen la aparición de la propia migraña.
Nuevamente, no está claro por qué estos patrones de actividad deberían causar un dolor tan insoportable, por lo que se plantea la hipótesis de que los pacientes que experimentan migrañas también pueden tener vías de dolor demasiado sensibles que transportan señales de las meninges y sus arterias asociadas al cerebro.
Causas de los dolores de cabeza secundarios
Si bien los dolores de cabeza primarios no son claramente causados por alguna otra enfermedad, trastorno o problema subyacente, los dolores de cabeza secundarios generalmente pueden asociarse con un factor causal distinto; esto puede ser cualquier cosa, desde el uso excesivo de ciertos medicamentos hasta la presencia de un tumor cerebral. Los dolores de cabeza secundarios son menos comunes, pero potencialmente más graves, que los primarios. Pueden deberse a varios mecanismos diferentes según la causa principal del dolor de cabeza. Si, por ejemplo, se debe a un tumor cerebral, la causa del dolor de cabeza puede implicar aumentos de la presión intracraneal provocados por la presencia de un crecimiento anormal; este aumento de presión puede activar la vía trigeminovascular. El dolor de cabeza por uso excesivo de medicamentos puede involucrar alteraciones en los sistemas de neurotransmisores entre otros cambios neurobiológicos potencialmente patológicos. Por lo tanto, los mecanismos subyacentes a las cefaleas secundarias son tan diversos como las afecciones con las que están asociadas.