La encefalopatía traumática crónica (ETC) es una enfermedad cerebral progresiva y fatal asociada con traumatismos craneoencefálicos reiterados (TCE), que incluyen conmociones cerebrales y golpes repetidos en la cabeza. La ETC también está asociada con el desarrollo de demencia: en este sentido, estudios han demostrado que las personas que experimentan un traumatismo craneoencefálico desde la edad temprana hasta la mediana edad tienen de dos a cuatro veces más riesgo de desarrollar demencia en la vejez, siendo este riesgo mucho mayor en personas que han sufrido reiteradas TCE.
Encefalopatía traumática crónica: ¿qué es exactamente?
La encefalopatía traumática crónica es una enfermedad degenerativa progresiva del cerebro que se manifiesta principalmente en personas con antecedentes de traumatismo cerebral repetitivo (en la mayoría de los casos, deportistas), pudiendo darse en virtud de conmociones cerebrales sintomáticas o de golpes subconmocionales asintomáticos en la cabeza.
El traumatismo cerebral repetido desencadena la degeneración progresiva del tejido cerebral, incluyendo la acumulación de una proteína anormal llamada tau. Estos cambios en el cerebro pueden comenzar meses, años o incluso décadas después del último golpe o del final de la participación deportiva activa de la persona. Esta degeneración cerebral se asocia con síntomas comunes de la encefalopatía traumática crónica que incluyen pérdida de memoria, confusión, deterioro del juicio, problemas de control de impulsos, agresión, depresión y eventualmente demencia progresiva.
Encefalopatía traumática crónica en deportes
Los traumatismos craneoencefálicos leves y repetidos, como las conmociones cerebrales que experimentan con frecuencia deportistas profesionales como boxeadores y jugadores de futbol americano, pueden estar relacionadas con esta afección neurodegenerativa.
Recientemente se ha descubierto una correlación significativa entre la encefalopatía traumática crónica y el fútbol americano, observando que un gran porcentaje de sus jugadores manifiestan síntomas característicos de la enfermedad como alteraciones de la memoria y signos de depresión.
Esta condición también se ha encontrado en veteranos de guerra que han experimentado traumatismos leves repetidos en la cabeza. La encefalopatía traumática crónica puede ocurrir a cualquier edad y puede presentarse años después de que cesen los episodios de golpes repetitivos.
Entre los distintos efectos de la encefalopatía traumática crónica podemos encontrar los siguientes:
- Alteraciones en el equilibrio y las habilidades motoras.
- Depresión
- Alteraciones de la memoria
- Marcha escalonada
- Síntomas psicóticos
- Cambios de comportamiento significativos como agresión o depresión
- Síntomas iniciales de la enfermedad de Parkinson
Encefalopatía traumática crónica ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico exacto de la Encefalopatía traumática crónica solo puede obtenerse tras la muerte del paciente, cuando a través de la autopsia se observa efectivamente si los cambios cerebrales característicos de la enfermedad están presentes. Los médicos especializados en enfermedades cerebrales cortan el tejido cerebral y utilizan sustancias químicas especiales para hacer visibles los grupos de Tau. Posteriormente, analizan sistemáticamente áreas del cerebro en busca de grupos de Tau con un patrón único específico de la Encefalopatía traumática crónica. El proceso puede tardar varios meses en completarse y, por lo general, el análisis no se realiza como parte de una autopsia normal. De hecho, hasta hace poco, había relativamente pocos médicos que supieran cómo diagnosticar la ETC.
En 2015, investigadores del VA-BU-CLF Brain Bank colaboraron con las diferentes instituciones de salud para desarrollar criterios de diagnóstico para la ETC, por lo que en la actualidad prácticamente todos los neuropatólogos familiarizado con enfermedades cerebrales pueden diagnosticar con precisión esta condición utilizando los criterios científicos aportados por los investigadores.
Los criterios para el diagnóstico clínico de encefalopatía traumática crónica son los siguientes:
- Antecedentes de traumatismo craneoencefálico
- Síntomas y signos compatibles con encefalopatía traumática crónica
- Ausencia de una explicación más probable de los hallazgos clínicos
Los resultados de las neuroimágenes de rutina, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, suelen ser normales. Actualmente, no existen biomarcadores objetivos ni validados de encefalopatía traumática crónica.
De todas maneras, como hemos mencionado anteriormente, el diagnóstico definitivo de encefalopatía traumática crónica solo se obtiene en el examen neuropatológico durante la autopsia.
La proteína TAU en el diagnostico
Al igual que sucede en el caso de la Enfermedad de Alzheimer, la Encefalopatía traumática crónica involucra “tau”, una proteína en las células nerviosas que se ha asociado con la demencia. Sin embargo, los investigadores han descubierto que la ETC tiene un patrón único de acumulación anormal de tau en los tejidos alrededor de los vasos sanguíneos que es diferente de otras enfermedades cerebrales que la involucran. Debido a que ahora se dispone de mejores técnicas de imagen, los estudios están comenzando a mostrar que la encefalopatía traumática crónica es distinta de la enfermedad de Alzheimer, y si bien se necesita más investigación para terminar de comprender lo que sucede en la ETC y cómo tratarla, lo cierto es que ha habido grandes avances en los últimos años.
Encefalopatía traumática crónica y prevención
Si bien pensar en la prevención de traumatismos craneales reiterados en el marco de algunos deportes puede ser algo complejo, lo cierto es que se trata de algo realmente importante que puede significar la diferencia en la vida de un atleta.
El descanso tras una conmoción cerebral y la vuelta progresiva a la actividad deportiva son dos cuestiones clave que deben estar siempre presentes cuando se practican algunos de los deportes con mayor riesgo. Por otro lado, se le debe advertir de la posibilidad de sufrir de encefalopatía traumática crónica a aquellos deportistas que hayan sufrido más de un TCE en la práctica de su actividad.