La lesión de la médula espinal es un daño a la médula espinal que resulta en una pérdida de función, como movilidad y / o sensibilidad. Las causas frecuentes de este tipo de daño son traumatismos (accidente automovilístico, bala, caídas, etc.) o enfermedades (polio, espina bífida, ataxia de Friedreich, etc.).
No es necesario que se corte la médula espinal para que se produzca una pérdida de función: de hecho, en la mayoría de las personas con lesión de la médula espinal, la misma está intacta, pero el daño da como resultado la pérdida de función.
Una persona puede «romperse la espalda o el cuello», pero no sufrir una lesión de la médula espinal si solo los huesos alrededor de la médula (las vértebras) están dañados y esta no se ve afectada. En estas situaciones, es posible que el individuo no experimente parálisis después de que se estabilicen los huesos.
Tipo de lesiones en la medula espinal
Hay cuatro tipos de lesiones de la médula espinal: cervical, torácica, lumbar y sacra.
La médula espinal está rodeada por anillos de hueso llamados vértebras: estos huesos constituyen la columna vertebral (huesos de la espalda). En general, cuanto más alto en la columna vertebral ocurre la lesión, más disfunción experimentará una persona.
Las vértebras se nombran según su ubicación. Las siete vértebras del cuello se denominan vértebra cervical. La vértebra superior se llama C-1, la siguiente es C-2, etc. Las lesiones de la médula espinal cervical generalmente causan pérdida de función en los brazos y piernas, lo que resulta en cuadriplejía. Las 12 vértebras del pecho se denominan vértebra torácica. La primera vértebra torácica, T-1, es la vértebra donde se une la costilla superior.
Las lesiones en la región torácica suelen afectar el pecho y las piernas, lo que resulta en paraplejía. La vértebra en la espalda baja entre la vértebra torácica, donde se unen las costillas, y la pelvis (hueso de la cadera), es la vértebra lumbar. La vértebra sacra va desde la pelvis hasta el final de la columna vertebral. Las lesiones en las cinco vértebras lumbares (L-1 a L-5) y de manera similar a las cinco vértebras sacras (S-1 a S-5) generalmente resultan en cierta pérdida de función en las caderas y piernas.
Ejercicios artísticos de la mano para la lesión de la médula espinal
Estos ejercicios son excelentes acciones cotidianas que aumentan el desarrollo de los movimientos de la mano y la muñeca y aportan a la recuperación de lesiones de la médula espinal.
Juegos con arcilla
Esculpir es uno de los ejercicios de mano más dinámicos para las lesiones de la médula espinal porque activa los movimientos funcionales de la mano.
Puedes empujar y estirar la arcilla como quieras moldearla, y cuanto más dura sea la arcilla, más resistencia y fuerza podrás desarrollar.
Pintar
Pintar es un gran ejercicio manual para la recuperación de lesiones de la médula espinal debido a los movimientos dinámicos. Practica el control manual con golpes largos y fluidos y golpes cortos repetitivos.
Ensartar cuentas
Lo ideal es arrancar con cuentas con orificios más grandes y avanzar a las que tengan orificios más pequeños para desarrollar la precisión y la motricidad fina.
Cortar figuras
Cortar diferentes formas con tijeras es un gran ejercicio para todos los músculos de la mano y la muñeca. Cuanto más compleja sea la forma, más rotaciones se lograrán de la muñeca que se quiere movilizar.
Juegos de ejercicios manuales para la recuperación de lesiones de la médula espinal
Existen un par de juegos que son realmente ideales para poner en movimiento las manos y la muñeca. Podemos implementarlos en casa, pasar un buen rato mientras activamos esos músculos que necesitamos recuperar:
Jenga
El Jenga es ideal para desarrollar los músculos de la mano porque no solo se necesita quitar el bloque con cuidado, sino que también hay que equilibrarlo con cuidado sobre la pila. Esta acción desarrolla estabilidad y control motor fino.
El yoyo
Jugar con un yoyo puede ayudar a desarrollar la flexibilidad de la muñeca.
Ejercicios manuales con tareas diarias
Existen tareas cotidianas que todos hacemos que nos pueden ayudar a movilizar las manos y la muñeca afectadas por la lesión de la medula espinal.
Verter agua de una taza a otra
El peso del agua ayudará a agregar algo de resistencia mientras se practica torcer la muñeca.
Girar los pomos de las puertas
Girar los pomos de las puertas es una excelente manera de practicar el giro de la muñeca. Para enfocar más los dedos, se debe girar la cerradura en lugar del pomo de la puerta.
Interruptores de luz giratorios
Se puede intentar encender y apagar un interruptor de luz con cada dedo. Esto desarrolla el control motor y la fuerza en cada uno de ellos.
Escurrir una toalla mojada
Exprimir una toalla requiere mucha fuerza. Si esto resulta demasiado difícil para comenzar, una buena alternativa es intentar apretar una esponja húmeda con una mano.
Escribir oraciones en un teclado
Esta es una excelente manera de utilizar todos los dedos mientras se desarrolla destreza y velocidad.
Uso de utensilios
Desarrollar esta función de la mano es una habilidad básica. Cuando hacemos cosas que nos son familiares, los movimientos se vuelven más fáciles. Utilizar utensilios de cocina que son habituales en la rutina cotidiana permitirá activar los movimientos de la muñeca.
Hacer estallar el plástico de burbujas
El movimiento de presión necesario para hacer estallar las burbujas agrega resistencia, lo que te ayudará a desarrollar fuerza en los dedos. El uso del pulgar, índice y dedo medio es un agarre de trípode, siendo este el movimiento que se usa con más frecuencia para levantar un objeto.
Abrir y cerrar tarros
Enroscar y desenroscar un frasco es una excelente manera de practicar cómo mantener el agarre y repetir los movimientos de torsión.
Pasar las páginas de un libro
Pasar las páginas de un libro nos enseña a regular la cantidad de agarre necesario para realizar la acción.