Un traumatismo craneoencefálico (TCE) puede variar desde una conmoción cerebral leve hasta una lesión grave en la cabeza: este tipo de lesiones puede ser provocada por un golpe en la cabeza o el cuerpo, una herida que atraviesa el cráneo (como por un disparo de arma de fuego), una caída u otra lesión que sacude el cerebro. Esto puede causar hematomas, hinchazón o desgarros del tejido cerebral.
Dependiendo de la ubicación y la gravedad del TCE, las personas pueden experimentar una amplia variedad de efectos secundarios, y teniendo en cuenta que no existe una lesión neurológica exactamente igual a otra, cada paciente experimenta este tipo de efectos de forma distinta.
Efectos secundarios del TCE
Los efectos secundarios de un TCE refieren a condiciones que ocurren como resultado de la lesión cerebral inicial. Es posible que algunas complicaciones no se desarrollen hasta varios meses después, mientras que otras estarán presentes desde el primer momento de haber sufrido el episodio que dio origen al daño.
Por lo general, la mayoría de los efectos de los que hablaremos en esta ocasión son tratables, especialmente si se los detecta de manera temprana. Es por eso que es esencial que tanto quien ha sufrido el daño como su entorno cercano, estén al tanto de las posibles complicaciones que pueden surgir después del TCE para poder identificar cualquier signo que indique la necesidad de un abordaje.
Las consecuencias físicas del TCE
La corteza motora primaria controla la mayoría de los movimientos físicos intencionales: por lo tanto, algunos de los efectos más comunes de los TCE que afectan a esta área son las alteraciones de la movilidad y los trastornos específicos del movimiento.
Las deficiencias motoras tras haber sufrido un TCE se producen porque las señales motoras del cerebro no pueden llegar a los músculos. Como resultado, puede que el paciente no pueda controlar la contracción y relajación de sus músculos o coordinar sus movimientos.
Entre las distintas complicaciones motoras que pueden surgir como consecuencia de un TCE podemos mencionar las siguientes:
- Hemiplejia o hemiparesia
- Espasticidad
- Contracturas
- Problemas de equilibrio
- Temblores
- Distonía
- Dolores de cabeza
- Fatiga
- Disfagia
Efectos sensoriales y de percepción
El TCE puede causar una variedad de cambios sensoriales de percepción. Éstos ocurren típicamente después de daño a los lóbulos parietal y temporal.
Por lo general no suele haber nada de malo a nivel estructural en los ojos, la boca, la nariz, la piel o los oídos. Más bien, los cambios de percepción sensorial son causados por la incapacidad del cerebro para procesar la información enviada desde estas partes del cuerpo. Esto altera la forma en que se percibe la entrada sensorial.
En este sentido, quien ha sufrido un TCE puede experimentar los siguientes efectos secundarios a nivel sensorial:
- Entumecimiento
- Pérdida de la audición
- Problemas de la vista
- Sensibilidad a la luz
- Anosmia
Efectos emocionales del TCE
Además de los efectos cognitivos, un TCE también puede hacer que una persona experimente cambios emocionales que impacten en su personalidad y en la forma en la que se relaciona con su entorno. Algunos de ellos son el resultado de un daño directo al centro emocional del cerebro, mientras que otros pueden ser causados por una combinación de circunstancias relacionadas con el episodio dañino y la nueva realidad del paciente.
Adaptarse a la vida tras el daño cerebral puede ser muy abrumador y estresante, lo que puede hacer que las personas sientan una amplia gama de emociones y encuentren todo tipo de efectos secundarios a nivel emocional. A medida que pasa el tiempo y las personas aprenden formas más efectivas de afrontar y adaptarse, por lo general esta situación se estabiliza.
Tras un TCE estos son los efectos emocionales más comunes:
- Cambios de personalidad
- Depresión
- Ansiedad
- Irritabilidad y agresiones
Efectos cognitivos
En el caso de las consecuencias cognitivas de un TCE, estas ocurren con mayor frecuencia tras haber sufrido daño en el lóbulo frontal, que afecta la capacidad de una persona para procesar información.
Las deficiencias cognitivas y perceptivas afectan significativamente la forma en que las personas interactúan con el entorno que les rodea y le dan sentido. Como resultado, esto puede impactar en las relaciones personales, en el trabajo y en el proceso de recuperación y rehabilitación.
Entre las consecuencias más frecuentes a nivel cognitivo tras haber sufrido un TCE podemos encontrar lo siguiente:
- Amnesia
- Afasia
- Agnosia
- Concentración reducida
- Baja motivación
- Anosognosia
- Falta de empatía
- Pérdida de habilidades sociales