Esclerosis Múltiple y la afectación al SNC

La epilepsia es un trastorno crónico, cuyo sello distintivo son las convulsiones recurrentes y no provocadas: a una persona se le diagnostica epilepsia si tiene dos convulsiones no provocadas (o una convulsión no provocada con probabilidad de más) que no fueron causadas por alguna condición médica conocida y reversible como lo son la abstinencia de alcohol o niveles extremadamente bajos de azúcar en sangre.

Las convulsiones en la epilepsia pueden estar relacionadas con daño cerebral o con una tendencia familiar, pero en la mayoría de los casos la causa suele ser desconocida.

Aunque los síntomas de una convulsión pueden afectar cualquier parte del cuerpo, los eventos eléctricos que producen los síntomas ocurren en el cerebro. Tanto la ubicación de ese evento, cómo se propaga, qué parte del cerebro se ve afectado y cuánto tiempo dura son cuestiones a tener en cuenta a la hora de determinar el carácter de una convulsión en concreto y su impacto en el individuo.

¿Qué es una convulsión?

Una convulsión es un estallido de actividad eléctrica descontrolada entre las neuronas (también llamadas células cerebrales o nerviosas) que causa anomalías temporales en el tono o los movimientos musculares (rigidez, espasmos o flacidez), comportamientos, sensaciones o estados de conciencia.

Las convulsiones no son todas iguales: estas pueden suceder en un único evento debido a una causa aguda, como un medicamento o fiebre. Cuando una persona tiene convulsiones recurrentes esto se conoce como epilepsia y hablamos de crisis epilépticas.

  • Los síntomas de las convulsiones varían y pueden incluir un cambio repentino en el conocimiento o pérdida total del mismo, sensaciones o pensamientos inusuales, espasmos involuntarios o rigidez en el cuerpo y temblores en las extremidades con pérdida del conocimiento.
  • Hay dos clases o grupos principales de crisis epilépticas.: de inicio focal (o parcial) y de inicio generalizado.
  • Las crisis epilépticas. de inicio parcial comienzan en un área y pueden extenderse por el cerebro y causar síntomas leves o graves, según cómo se propaguen las descargas eléctricas.
  • Las crisis epilépticas. generalizadas pueden comenzar como convulsiones parciales que se extienden a ambos lados del cerebro. También pueden ocurrir como convulsiones de «inicio generalizado» en las que la actividad convulsiva comienza simultáneamente en ambos lados del cerebro.

Tipos de crisis epilépticas

Como hemos mencionado anteriormente, existen dos tipos: las de inicio parcial y de inicio generalizado.

Crisis epilépticas. de inicio generalizado

Estas afectan todas las áreas del cerebro y comienzan simultáneamente en ambos lados del mismo. Dentro de esta categoría se incluyen:

  • Crisis de ausencia: una persona que tiene una crisis de ausencia (generalmente niños) puede mirar al vacío o tener una mirada en blanco en su rostro durante varios segundos, por lo que es fácil confundir este fenómeno con el hecho de soñar despierto. En algunos casos, las convulsiones pueden durar hasta 20 segundos y también pueden incluir parpadeo rápido o gestos faciales.
  • Crisis atónicas: este tipo de convulsiones provoca una pérdida repentina del tono muscular. El cuerpo de una persona se debilita y puede caer al suelo o desplomarse en una silla. Estas convulsiones suelen ser breves (15 segundos o menos) y la persona suele permanecer consciente.
  • Crisis clónicas: estas convulsiones provocan espasmos musculares rítmicos y pueden durar hasta un minuto.
  • Convulsiones mioclónicas: una persona que tiene una convulsión mioclónica experimenta una sacudida rápida, afectando a grupos de músculos y durando solo uno o dos segundos.
  • Convulsiones tónicas: este tipo de convulsiones provoca un aumento repentino del tono muscular, por lo que el cuerpo del sujeto se vuelve fuertemente rígido.
  • Convulsiones tónico clónicas generalizadas o “gran mal”: estas son una combinación de convulsiones tónicas y clónicas. Es lo que la mayoría de la gente imagina como una convulsión. La fase tónica ocurre primero, seguida de la fase clónica. Quien sufre una convulsión tónico-clónica perderá el conocimiento y se caerá, sufriendo una convulsión que suele durar hasta tres minutos. Posteriormente, el sujeto se sentirá confundido, cansado o débil.

Crisis epilépticas. parciales o focales

Las crisis parciales solo afectan una parte del cerebro y tienden a tener síntomas muy específicos. Hay tres tipos básicos:

  • Convulsiones parciales simples: estas convulsiones tienen subdivisiones según los tipos de síntomas. Las convulsiones motoras afectan los músculos, las sensoriales cambian la forma en que la persona percibe sus sentidos y las autónomas afectan las funciones corporales, como la frecuencia cardíaca, la respiración o la sudoración. Las convulsiones parciales también pueden cambiar la forma en que una persona piensa o siente, como causar emociones repentinas fuera de contexto para la situación.
  • Convulsiones parciales complejas: este tipo de convulsiones parciales se propaga a áreas del cerebro que controlan la conciencia, lo que lleva a una pérdida parcial o total de la misma. Una persona puede experimentar un aura antes de la convulsión y posteriormente mirar al vacío o tener movimientos repetitivos.
  • Convulsiones generalizadas secundarias: estas comienzan como convulsiones parciales, pero se extienden a todas las áreas del cerebro y se vuelven convulsivas. Puede ser difícil diferenciarlos de las convulsiones generalizadas primarias.

Convulsiones y epilepsia: como se diagnostica

A la hora de realizar un diagnóstico de epilepsia el especialista deberá contar con distintos elementos e información concreta para poder llegar a una resolución certera con respecto a la afección que está aquejando al paciente. Por lo general, los elementos utilizados a la hora de diagnosticar son:

  • Doppler transcraneal (TCD): mediante la tecnología de ultrasonido, el especialista observará el flujo sanguíneo dentro del cerebro en busca de anomalías.
  • Neuroimágenes cerebrales (resonancia magnética, tomografía computarizada): útiles en el diagnóstico de lesiones estructurales del cerebro como tumores benignos o malignos, ictus, lesiones desmielinizantes y enfermedades degenerativas.
  • Electroencefalograma (EEG): esta prueba es una de las principales formas de diagnosticar la epilepsia. El médico especialista observará los impulsos eléctricos en el cerebro a través de electrodos que se colocan en el cuero cabelludo, y también puede utilizarse este tipo de estudio para diagnosticar otros posibles problemas cerebrales.

Para casos de emergencia Llamar al :91-667-16-46

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