La falta de sueño tiene un efecto negativo en nuestra cognición, estado de ánimo, niveles de energía y apetito: la persona promedio necesita ocho horas de sueño diario para evitar sufrir una disminución de su concentración y de su energía en general. Estos efectos pueden verse multiplicados muchas veces por un daño cerebral traumático, un ictus u otros tipos de lesiones neurológicas.
Daño cerebral y trastornos del sueño
Los trastornos del sueño tras una lesión cerebral son más frecuentes de lo que se cree: aproximadamente entre el 40 y el 65 por ciento de las personas con daño cerebral traumático leve se quejan de sufrir insomnio o problemas para dormir.
Esta situación puede ser compleja de detectar y diagnosticar, ya que muchas veces quienes han sufrido lesiones neurológicas también padecen de fatiga constante. Aunque algunos pacientes suelen manifestar estos trastornos del sueño a través del exceso de descanso, por lo general el insomnio y la dificultad para conciliar el descanso por la noche es más habitual.
Daño cerebral, trastorno del sueño y sus causas
Tras una lesión neurológica, muchos pacientes no solo tienen dificultades para dormir sino que además viven con un sueño extremadamente ligero que los lleva a despertarse varias veces durante la noche. En estos pacientes, el sueño suele ser muy ligero, por lo que el menor ruido suele ser motivo para interrumpirlo. Las investigaciones sugieren que una de las principales causas es la interrupción de la liberación normal de ciertas cantidades neurotransmisores en el cerebro durante el descanso, lo que provoca una «fragmentación del sueño» e impide que el sujeto pueda dormir de corrido o de manera profunda.
Por otro lado, cuestiones que se derivan del daño cerebral como las molestias causadas por el dolor de cabeza, el dolor de cuello o el dolor de espalda también pueden hacer que se vuelva más difícil y complejo el descanso.
Alteraciones en el estado de ánimo típicas tras un episodio de daño cerebral como la ansiedad, la depresión o la incapacidad para manejar adecuadamente el estrés pueden tener un importante impacto en la calidad de sueño.
Logrando descansar tras el daño cerebral
El sueño juega un papel importante no solo en ayudar al cerebro a recuperarse de una lesión neurológica, sino también en la curación física: tras un episodio de daño cerebral traumático suele haber músculos o partes del cuerpo lesionados, por lo que el descanso se vuelve clave en la rehabilitación. Durante el sueño activo, el tronco encefálico secreta hormonas que paralizan nuestros músculos para evitar espasmos. Este proceso natural es clave en el proceso de sanación de los músculos dañados, por lo que un trastorno de sueño sin duda obstaculizará este camino natural.
¿Qué hacer para dormir bien?
Tener una rutina determinada es fundamental para lograr un descanso de calidad tras haber sufrido daño cerebral. Lo ideal es acostarse exactamente a la misma hora todas las noches, incluyendo los fines de semana. Si bien puede sonar algo extremo, lo cierto es que si nos acostamos y levantamos siempre a la misma hora, nuestro cuerpo se acostumbrará a este patrón y la calidad del descanso mejorará considerablemente.
Evitar la cafeína y la nicotina. Estos estimulantes tienen un efecto negativo en el cerebro y, en algunos casos, pueden aumentar la probabilidad de sufrir convulsiones. Por otro lado, cuando existen trastornos del sueño tras el daño cerebral, estos dos elementos pueden ser completamente contraproducentes profundizando el problema.
Evitar el ejercicio a última hora de la noche. Lo mejor es evitar acelerar al organismo con actividad física durante la noche, ya que hará más difícil el proceso de conciliar el sueño.
El ambiente ideal. Es importante lograr un espacio adecuado para dormir, asegurándonos de que el dormitorio tenga la temperatura adecuada y que la habitación esté oscura. Esto puede ser clave a la hora de dormir, ya que la luz juega un papel fundamental en el patrón de sueño. Por otro lado, el silencio es otra de las cuestiones básicas que debemos tratar de asegurar a la hora de dormir para propiciar un descanso saludable.
¿Siestas durante el día? Como mencionamos anteriormente, los pacientes con daño cerebral suelen sufrir de fatiga durante el día, por lo que muchas veces sentirán la necesidad de descansar. Si bien tomar siestas muy largas puede llegar a interrumpir el descanso nocturno o volverlo más ligero, en casos donde existe fatiga se pueden tomar pequeñas siestas que hagan más llevadera la jornada.