El cordoma es un cáncer de tejido de crecimiento lento que se encuentra dentro de la columna vertebral. Si bien el cordoma puede aparecer en cualquier parte de la columna, se encuentra con mayor frecuencia cerca del coxis (llamado tumor sacro) o donde la columna vertebral se encuentra con el cráneo (llamado tumor clival). El cordoma también se llama sarcoma notocordal.
Este tipo de tumores se forman a partir de las células sobrantes que fueron importantes en el desarrollo de la columna antes del nacimiento, denominadas células notocorda. Cuando las células de notocorda no desaparecen después del nacimiento, pueden convertirse en cordomas.
Estos tumores crecen muy lentamente, por lo que muchas personas no notan ningún cambio en sus cuerpos durante años. A partir de la aparición de los primeros signos, puede tardarse algo más de tiempo en descubrirse y diagnosticarse adecuadamente.
A la mayoría de las personas se les diagnostica cordoma entre los 50 y los 60 años, y los casos pediátricos solo constituyen el 5% de todos los diagnósticos.
Incidencia y prevalencia del cordoma en la población
El cordoma puede aparecer en cualquier grupo de edad, desde la infancia hasta las personas de edad muy avanzada, aunque es más común en personas mayores de 40 años. Este tipo de tumor no discrimina por edad, sexo, etnia o geografía, como si sucede en otros casos.
El cordoma aparece en aproximadamente 1 de cada 800.000 personas y el número de personas que viven actualmente con este tumor es de aproximadamente 8 por millón de la población. Los cordomas en la base del cráneo ocurren con mayor frecuencia en personas más jóvenes.
La mayoría de los que desarrollan cordoma no tienen antecedentes familiares de la enfermedad y se desconoce la razón por la cual una persona desarrolla este tipo de tumor, aparte del vínculo con la persistencia de la notocorda.
¿Cuáles son los signos y síntomas del cordoma?
Las personas experimentan diferentes síntomas según el lugar de origen del tumor. Sin embargo, los signos más comunes son el dolor variable y los cambios neurológicos.
El cordoma es un tipo de cáncer de huesos que se desarrolla en la columna, pero también puede desarrollarse en la base del cráneo y rara vez fuera de la columna. Un cáncer de hueso primario significa que el cordoma surge en el hueso (el cáncer de hueso secundario se refiere a aquellos tumores que se diseminan al hueso desde otras partes del cuerpo, como la mama y la próstata). El cordoma representa aproximadamente el 20% de los casos de cáncer de columna cada año.
Síntomas del tumor espinal de cordoma
El cordoma es un tipo de tumor espinal, y sus síntomas varían según la ubicación del mismo dentro de la columna. El cordoma se desarrolla en los huesos de la columna o las vértebras (tumor vertebral), por lo que a menudo causa síntomas inespecíficos, como dolor de espalda. A medida que crece el tumor, puede afectar los nervios y causar síntomas sensoriales (hormigueo o pérdida de la sensibilidad) o debilidad o puede provocar la aparición de un bulto si se desarrolla en la base de la columna (sacro o coxis).
Síntomas del tumor de la base del cráneo del cordoma
Alrededor de un tercio de los cordomas surgen en la base del cráneo, y suelen afectar un hueso llamado clivus (cordoma clival). El cordoma en la base del cráneo puede causar dolores de cabeza, o si presiona el nervio que controla los músculos oculares puede causar visión doble, u otros nervios de la cabeza pueden causar dificultad para tragar.
Síntomas del tumor de la espalda baja del cordoma
Aproximadamente la mitad de los cordomas se desarrollan en la base de la columna o el sacro. El cordoma sacro generalmente causa dolor de espalda persistente o dolor en el cóccix o el sacro (coxis). Pueden causar entumecimiento o debilidad de brazos y piernas y pueden afectar la función de los intestinos o la vejiga. Este tipo de tumor puede crecer bastante antes del diagnóstico y puede causar un bulto en la base o la columna o la parte inferior de la espalda.
¿Cómo se diagnostica el cordoma?
Los síntomas del cordoma pueden ser muy diferentes según el lugar de la columna en la que comience el cordoma. Cuando el tumor comienza en la base del cráneo, es posible que tenga dolores de cabeza o visión doble. El cordoma cerca del coxis puede causar dolor en las piernas y problemas para controlar la vejiga o los intestinos.
A la hora de realizar un diagnóstico, se realizarán los siguientes estudios:
- Neuroimagen: cuando se tiene síntomas de cordoma, el médico tomará una imagen de la columna mediante una resonancia magnética para observar el tamaño del tumor y dónde se encuentra. También pueden usar una tomografía computarizada para ver si el tumor se ha diseminado.
- Biopsia: para verificar si el tumor es cordoma, el médico realizará una biopsia, tomando una pequeña muestra del tumor con una aguja. Un experto, llamado patólogo, estudiará las células de la muestra bajo el microscopio para ver qué tipo de tumor es. Cuando se observan al microscopio, las células de cordoma se ven como células de notocorda.