Se estima que un tercio de las personas diagnosticadas con trastorno del espectro autista (TEA) se consideran no verbales, lo que significa que nunca aprenderán a hablar más que unas pocas palabras.
Si bien no hay por el momento un gran caudal de información al respecto, se están realizando algunas investigaciones y las nuevas tecnologías están abriendo puertas a la comunicación y la comprensión de este tipo de autismo.
¿Qué es el autismo no verbal?
A pesar de la prevalencia de personas autistas que no hablan, no tiene un estatus oficial y no existe un diagnóstico como «autismo no verbal». En parte, eso se debe a que no existe una línea clara entre las personas autistas verbales y no verbales.
Por ejemplo, algunas personas con autismo no verbal desarrollan la capacidad de usar algunas palabras de manera significativa, pero no pueden mantener una conversación concreta. Por ejemplo, pueden decir «coche» en el sentido de «vamos a dar una vuelta», pero no podrían responder la pregunta «¿adónde vamos?».
Algunos tienen la capacidad de hablar, pero carecen de la capacidad de usar el lenguaje de forma correcta o con significado. Pueden «hacerse eco» de guiones de la televisión o de expresiones que les hayan enseñado los terapeutas. Sin embargo, en lugar de usar estos guiones para comunicar ideas o deseos, suelen usar estos diálogos como una forma de estimulación para calmarse a sí mismos.
Un buen número de personas con TEA no verbal no pueden usar el lenguaje hablado de manera eficaz, pero pueden comunicarse con el lenguaje escrito o mecanografiado, el lenguaje de señas, tarjetas con imágenes o dispositivos de comunicación digital (pictogramas). Una vez que un individuo se comunica de manera efectiva, incluso sin un lenguaje hablado, su capacidad para participar en el mundo se expande considerablemente.
¿Cuáles son los síntomas del autismo no verbal?
El principal factor de identificación del autismo no verbal es si alguien habla con claridad o sin interferencias. Las personas con TEA pueden tener dificultades para hablar o mantener una conversación con otro sujeto, pero las no verbales no hablan en absoluto.
Existen diversas razones para que esto suceda: en primer lugar, puede deberse a que el paciente sufre apraxia del habla. Este es un trastorno que puede interferir con la capacidad de una persona para decir lo que quiere correctamente.
También puede deberse a que no han desarrollado las habilidades del lenguaje verbal para hablar: algunos niños también pueden perder las habilidades verbales a medida que los síntomas del trastorno empeoran y se vuelven más evidentes.
Por último, algunos niños autistas también pueden tener ecolalia: esto hace que repitan palabras o frases una y otra vez, lo que puede dificultar la comunicación.
Otros síntomas se pueden dividir en 3 categorías principales:
- Las personas TEA suelen tener dificultades con la interacción social. Pueden ser tímidos y retraídos, evitar el contacto visual y no responder cuando se les llama por su nombre. En algunos casos, habrá personas que no sepan respetar el espacio personal, mientras que otros se resistirán por completo a todo contacto físico. Estos síntomas pueden hacer que se sientan aislados, lo que en última instancia puede provocar ansiedad y depresión.
- De comportamiento. La rutina puede ser importante para una persona en el espectro autista. Cualquier interrupción en su horario diario puede alterarlos, incluso agravar su condición. Asimismo, algunos desarrollan intereses obsesivos y pasan horas enfocados con un proyecto, libro, tema o actividad en particular. Sin embargo, tampoco es raro que las personas autistas tengan períodos de atención cortos y pasen de una actividad a otra con mucha frecuencia. Los síntomas conductuales de cada persona son diferentes.
- De desarrollo. Los individuos con TEA se desarrollan a diferentes ritmos: algunos pueden desarrollarse a un ritmo típico durante varios años y eventualmente enfrentar un revés alrededor de los 2 o 3 años, mientras que otros pueden experimentar un retraso en el desarrollo desde una edad temprana que continúa hasta la niñez y la adolescencia.
Autismo no verbal: ¿por qué no aprenden a hablar?
Uno de los aspectos más extraños del autismo no verbal es el hecho de que nadie sabe realmente por qué estas personas no pueden usar el lenguaje hablado. Es especialmente desconcertante porque bastantes personas no verbales en el espectro pueden y eligen comunicarse utilizando el lenguaje de señas, pictogramas y una variedad de herramientas digitales.
Algunas personas dentro del espectro también tienen apraxia del habla infantil, un trastorno neurológico que dificulta enormemente el lenguaje hablado. Pero la mayoría de las personas no verbales en el espectro del autismo no tienen apraxia; simplemente no hablan.
Claramente, existen diferencias en la función cerebral que inhiben el lenguaje hablado, pero en este punto, no hay acuerdo sobre cuáles son esas diferencias o cómo afectan a un individuo determinado.
Los estudios utilizan instrumentos como electroencefalogramas (para medir ondas cerebrales) y resonancias magnéticas (para medir la actividad cerebral) en un esfuerzo por comprender mejor lo que sucede dentro de la mente de una persona que no habla o no puede hablar, y hasta ahora resulta claro que las personas con autismo no verbal comprenden mucho más de lo que comunican; pero no está claro cuánto más y a qué nivel.
Autismo no verbal: ¿Pueden aprender a hablar?
En algunos casos los terapeutas utilizan el término «preverbal» en lugar de «no verbal» para describir a los niños autistas que no utilizan el lenguaje hablado. Un buen número de niños autistas con retraso en el habla adquieren la capacidad de comunicarse con el lenguaje hablado en algún momento gracias a los tratamientos específicos. Algunos se vuelven bastante fluidos, y otros por su parte nunca ganan más que unas pocas palabras, siendo igualmente un avance y una mejora en su calidad de vida.
Existen muchas técnicas para fomentar y mejorar el lenguaje hablado de los niños con autismo: la investigación sugiere que varios enfoques diferentes pueden mejorar la comunicación verbal, que incluyen:
- Logopedia
- Intervenciones conductuales
- Terapia de juego
- Musicoterapia y técnicas alternativas