Los dolores de cabeza tensionales son el tipo más común de dolor de cabeza: tanto el estrés como la tensión muscular son factores desencadenantes para este tipo de dolencias, y suelen estar acompañados de otro tipo de molestias como nauseas, sensibilidad a la luz o vómitos. En esta ocasión, revisamos la relación que existe entre las tensiones en los músculos y la posterior aparición de este tipo de dolores de cabeza palpitantes que afectan a una gran proporción de la población y que pueden llegar a volverse crónicos.
Tensión muscular: ¿por qué se tensan los músculos?
Los músculos se contraen y relajan cuando el cerebro envía señales electroquímicas a lo largo del sistema nervioso a la neurona motora, transmitiendo estas señales a las fibras musculares e iniciando la contracción muscular. Una vez que estas se detienen, los músculos se relajan.
El trifosfato de adenosina, una molécula que almacena y transporta energía a las células, es la fuente de energía que se utiliza para la contracción muscular: cuando los músculos se contraen, se tensan, cortando la circulación sanguínea y produciendo esta molécula a través de una serie de reacciones químicas, incluida la descomposición del glucógeno en glucosa. Estas reacciones químicas dan como resultado productos de desecho como ácido láctico, agua y dióxido de carbono. Cuando los músculos se relajan, se reanuda la circulación sanguínea, que posteriormente elimina los productos de desecho acumulados.
Cuando hablamos de tensión muscular y su vínculo con los dolores de cabeza, hacemos referencia a la tensión sostenida de los músculos: un estado de contracción persistente o prolongado que provoca dolor. Cuando un músculo está persistentemente tenso, los productos de desecho se acumulan pero no pueden eliminarse, lo que a su vez irrita las fibras nerviosas, provocando dolor.
¿Qué causa esta tensión muscular sostenida?
El estrés puede hacer que los músculos se contraigan durante un período prolongado de tiempo: cuando sentimos estrés, el cuerpo se pone tenso, y esto suele impactar más en la mandíbula, el cuello, los hombros, la parte inferior y la superior de la espalda. Muchas de estas áreas tienen músculos posturales que mantienen nuestra posición erguida, por lo que tienden a estar más tensos que relajados.
Si bien el estrés es un desencadenante frecuente y común de los dolores de cabeza tensionales, existen otros factores que pueden causarlos y que se encuentran relacionados con el metabolismo energético, como fatiga, insomnio, deficiencia de hierro, anemia e hipotiroidismo.
Cuando nos sentimos cansados o fatigados, nos sentimos así porque hemos agotado nuestra energía metabólica, la energía que usan las células para funcionar. Los músculos necesitan energía para relajarse, por lo que cualquier cosa que cause fatiga hace que las personas sean más propensas a la tensión muscular.
Las personas que padecen insomnio no duermen lo suficiente para generar energía metabólica. Por su parte, quienes padecen de anemia carecen del hierro necesario para producir hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos, los que a su vez aportan el oxígeno necesario para producir energía. La función tiroidea regula el metabolismo energético, por lo que las personas con hipotiroidismo (función tiroidea baja) tienen dificultades para generar energía. Todas estas situaciones pueden llegar a desencadenar, por los motivos que hemos explicado anteriormente, en dolores de cabeza tensionales.
Dolores de cabeza tensionales: recomendaciones para manejarlos
Si alguna vez has sufrido un dolor de cabeza tensional, sabes que este puede estropear tu día por completo. Este tipo de dolor de cabeza generalmente se desarrolla por la tarde y causa un dolor leve o moderado que puede sentirse como una opresión sorda o una banda de presión alrededor de la cabeza de tipo palpitante.
Dependiendo cada caso en particular, algunas personas pueden experimentar este tipo de malestar con mayor frecuencia en incluso volverse crónico, por lo que actuar a tiempo puede significar una verdadera diferencia a la hora de encarar la situación y atacar los síntomas.
Los dolores de cabeza por tensión ocurren cuando los músculos del cuello, los hombros y el cuero cabelludo se tensan. Algunas personas experimentan dolores de cabeza por tensión de vez en cuando; otros los obtienen con más frecuencia. Si bien un dolor de cabeza tensional rara vez es debilitante, ciertamente puede hacer la vida miserable.
Abordaje y tratamiento
El objetivo del tratamiento es evitar que aparezcan los dolores de cabeza. Reducir el estrés y la tensión puede ayudar considerablemente en el manejo de este tipo de cefaleas, complementando con lo siguiente:
- Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días
- Hacer ejercicio con regularidad todos los días durante al menos 30 minutos
- Comer comidas regulares sin saltarse ninguna, especialmente el desayuno
- Evitar los desencadenantes del dolor de cabeza, como ciertos alimentos y la falta de sueño
- Descansar en un lugar tranquilo y oscuro según sea necesario
- Manejar el estrés, poniendo en práctica actividades con yoga, masajes u otros ejercicios de relajación
Si se sufre de dolores de cabeza tensionales frecuentes (más de una o dos veces por semana), existen algunos enfoques que pueden ser positivos:
Técnicas de relajación
Las terapias de relajación física y psicológica pueden ayudar a evitar este tipo de dolores de cabeza, siempre que se practiquen con regularidad. Los enfoques físicos incluyen la aplicación de una almohadilla térmica en el cuello y los hombros para relajar los músculos, y el ejercicio de estos músculos también ayuda a fortalecerlos y estirarlos por lo que es importante poner en práctica actividades concretas para trabajar sobre ellos.
Enfoques médicos
Algunas personas con dolores de cabeza tensionales tienen áreas muy sensibles, conocidas como puntos gatillo, en la parte posterior del cuello o en los hombros. Inyectar un anestésico local en estas áreas puede eliminar el dolor y evitar que el mismo vuelva a ocurrir.