La polimiositis es una enfermedad del tejido conectivo que desencadena inflamación y debilidad muscular. Si bien se desconoce la causa exacta que provoca la dolencia, se cree que se trata de un trastorno autoinmune, posiblemente desencadenado por una infección viral del tejido muscular.
La enfermedad es más común en mujeres que en hombres y tiende a desarrollarse entre los 50 a 70 años, aunque cualquier persona de cualquier edad o sexo puede verse afectada. Por lo general, la debilidad muscular se desarrolla gradualmente en el transcurso de unas pocas semanas o meses, y la inflamación puede extenderse a otras áreas del cuerpo, incluido el corazón.
Dado que los síntomas difieren entre los individuos, la polimiositis es difícil de diagnosticar y puede confundirse con distrofia muscular. En muchos casos, esta se asocia con otros trastornos auto inmunitarios del tejido conectivo como la esclerodermia, el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y el síndrome de Sjogren.
Los síntomas de la polimiositis
Los síntomas incluyen:
- Los hombros y las caderas suelen verse afectados primero
- Debilidad muscular
- Pérdida de masa muscular
- Dolor muscular
- Fatiga
- Disnea
- Dificultades para tragar
- Temblores, especialmente en las manos
- Torpeza
- Tendencia a caerse
Polimiositis y la progresión de la debilidad
La polimiositis se desarrolla gradualmente durante semanas o meses. Para cuando la persona experimenta los síntomas, ya ha perdido alrededor de la mitad de sus fibras musculares a causa de la enfermedad. La cabeza, las manos y los pies generalmente no se ven afectados por la misma. Las dificultades pueden incluir:
- Debilidad muscular profunda en las partes del cuerpo afectadas, como no poder levantar los brazos por encima de la altura de los hombros o levantar la cabeza de una almohada
- Cambios en la voz, si los músculos de la laringe se ven afectados
- Problemas para tragar si el esófago está afectado, con tendencia a regurgitar los alimentos
- La perístasis (las contracciones musculares del intestino) puede fallar y provocar estreñimiento
- En sus últimas etapas, acortamiento anormal de los músculos (contractura)
El rol del sistema inmunológico
No se ha encontrado la causa de la polimiositis, pero hay buena evidencia que indica que es probable que sea un trastorno autoinmune, lo que significa que las células inmunes atacan por error las fibras musculares del cuerpo. Si se examina a través de una biopsia el músculo afectado en un laboratorio, se ve marchito y salpicado de células del sistema inmunológico, por lo que se cree que este último podría estar dañando el tejido muscular al intentar eliminar una infección viral del tejido.
Como es probable que las personas con polimiositis tengan otros trastornos del tejido conectivo, como artritis reumatoide o esclerodermia, podría haber una susceptibilidad genética. Las personas con polimiositis también tienden a tener familiares con trastornos del tejido conectivo, lo que respalda aún más la teoría de una tendencia hereditaria.
Posibles complicaciones de la polimiositis
La persona puede experimentar dificultades para respirar o tragar si los músculos asociados se debilitan demasiado. Algunas de las otras posibles complicaciones de la polimiositis incluyen:
- Inflamación del corazón
- Infarto de miocardio
- Cáncer de mama
- Cáncer de pulmón
- Enfermedad pulmonar
- Neumonía
- Insuficiencia respiratoria
Diagnóstico de polimiositis
La polimiositis a veces se confunde con distrofia muscular, por lo que es importante contar con profesionales que puedan brindar un diagnóstico acertado de la enfermedad. Algunas de las pruebas para la polimiositis incluyen:
- Historial médico: las personas con otras enfermedades del tejido conectivo, como la esclerodermia, tienen un mayor riesgo de polimiositis.
- Examen físico: incluye pruebas generales.
- Electromiografía: los cables conectados a la piel miden la actividad eléctrica de los músculos.
- Biopsia muscular: se extrae una pequeña etiqueta de tejido muscular y se examina en un laboratorio en busca de evidencia de degeneración y actividad anormal del sistema inmunológico. Esta es la prueba definitiva para la polimiositis.
- Análisis de sangre: se incluye un título de anticuerpos, ya que la polimiositis se caracteriza por la sobreproducción de determinados anticuerpos. También hay cantidades más altas de lo normal de una enzima muscular que indica daño muscular (creatina fosfoquinasa) circulando en el torrente sanguíneo, que puede medirse mediante un análisis de sangre específico.
Tratamiento de la polimiositis
El pronóstico de la polimiositis es difícil de predecir. Algunas personas se recuperarán, la mayoría responderá satisfactoriamente al tratamiento, mientras que otras morirán por complicaciones. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Corticosteroides: se utilizan para amortiguar la actividad del sistema inmunológico y reducir la inflamación. Para algunas personas, los corticosteroides contribuyen a la debilidad muscular, por lo que deben usarse otros medicamentos en su lugar.
- Medicamentos inmunosupresores
- Plasmaféresis: los anticuerpos responsables de atacar el tejido muscular se eliminan del torrente sanguíneo mediante plasmaféresis. Se extrae sangre del paciente y las células sanguíneas se separan del plasma. Solo las células sanguíneas se devuelven al paciente, dejando los anticuerpos en el plasma.
- Inmunoglobulina, una proteína especial obtenida del plasma de donantes de sangre y administrada por vía intravenosa, a veces ha tenido buenos resultados en casos difíciles.
- Fisioterapia: ayuda a fortalecer los músculos.
- Monitoreo continuo: incluye análisis de sangre, de modo que los medicamentos se puedan ajustar si es necesario. Generalmente, las dosis iniciales son altas y luego disminuyen gradualmente.
Polimiositis y fisioterapia
La fisioterapia puede ayudar a controlar los síntomas de la polimiositis de varias formas: en DACER proporcionamos una evaluación completa que posteriormente se utiliza para crear un programa de tratamiento individualizado y minimizar cualquier dificultad que el paciente estuviera teniendo.
La fisioterapia puede ayudar de las siguientes maneras:
- Aumentar la fuerza
- Aumentar el rango de movimiento.
- Reducir el dolor
- Mejorar la capacidad para continuar con sus actividades normales de la vida diaria
- Reducir la inflamación.
- Reducir las dificultades respiratorias
- Mejorar la aptitud cardiovascular