El trastorno de la coordinación del desarrollo afecta aproximadamente del 5% al 6% de los niños en edad escolar, siendo una condición que resulta limitante a la hora de realizar actividades que requieran habilidades de movimiento y coordinación como andar en bicicleta, correr, saltar o practicar todo tipo de deportes. Entre los distintos abordajes que se pueden atravesar en el tratamiento del trastorno del desarrollo de la coordinación, la fisioterapia puede resultar especialmente útil a la hora de mejorar la fuerza muscular de los pacientes, optimizar su coordinación y equilibrio y ayudar a estos niños a aprender habilidades que les permitirán desenvolverse con mayor comodidad en sus actividades diarias.
¿Qué es el trastorno del desarrollo de la coordinación?
El trastorno del desarrollo de la coordinación es una disfunción de las habilidades motoras que se observa en niños y jóvenes y que afecta significativamente las actividades de la vida diaria, el rendimiento escolar y las actividades de ocio.
Los niños con este trastorno tienen dificultades para aprender las tareas motoras básicas, como abrocharse las cremalleras y los botones, lanzar y atrapar una pelota y aprender a nadar o andar en bicicleta.
Este afecta áreas del cerebro que aprenden o recuerdan movimientos, por lo que cada tarea motora puede parecer nueva, sin importar cuántas veces se repita o se haya realizado en el pasado. Los movimientos no se vuelven automáticos ni se sienten normales o típicos para el niño que sufre este trastorno, y también encuentran dificultades en mantenerse al día con la velocidad de los movimientos en comparación con otros niños de su edad.
Esta condición afecta a 1 de cada 20 niños, y si bien se trata de un trastorno relativamente común, este es, sin embargo, poco reconocido, infradiagnosticado y poco tratado. Poder contar con un diagnóstico adecuado y un posterior tratamiento adaptado a las necesidades del niño es fundamental para garantizarle una buena calidad de vida.
Trastorno del desarrollo de la coordinación: síntomas frecuentes
Por lo general, los padres detectan los signos y síntomas del trastorno del desarrollo de la coordinación en sus hijos antes que los demás: cuando notan que su bebé está por detrás de otros niños en habilidades de movimiento, como sentarse o aprender a caminar, suelen comentar estas inquietudes a su médico y abren la puerta para que el profesional comience a observar con más atención al pequeño.
Sin embargo, a veces los signos y síntomas del trastorno del desarrollo de la coordinación no se detectan hasta que el niño comienza la escuela. Los maestros pueden ver que el chico no puede jugar en el recreo o en las clases de educación física de la misma manera que lo hacen sus pares, lo que comienza a despertar las alarmas. También pueden observar que el necesita más tiempo completar el trabajo escolar o que muestran una falta de interés por jugar o pasar tiempo con sus compañeros.
En niños con trastorno del desarrollo de la coordinación pueden existir dificultades para realizar las siguientes actividades:
- Correr, brincar, brincar sobre un pie, hacer saltos de tijera u otras actividades físicas
- Utilizar objetos de mano como lápices o tijeras.
- Lanzar o atrapar una pelota con precisión.
- Seguir las instrucciones para los movimientos que implican más de un paso. (Cuando cometen un error o no pueden hacer el siguiente paso, comenzarán de nuevo en lugar de tomar la acción más reciente como referencia).
- Saber dónde están sus cuerpos en el espacio.
El trastorno del desarrollo de la coordinación y la fisioterapia
En un primer contacto del niño con el fisioterapeuta, el profesional realizará una evaluación para poder planificar la rehabilitación de manera adecuada. Entre las distintas cuestiones que pueden observarse en la evaluación preliminar se encuentran:
- El historial médico completo. El profesional podrá hacer preguntas sobre el embarazo de la madre y el nacimiento y desarrollo del niño (la edad en que el niño se sentó, gateó, caminó), su salud general y las preocupaciones de los padres.
- Medir la altura y el peso
- Observar los patrones de movimiento del niño.
- Evaluar la fuerza, el tono, la flexibilidad y el equilibrio de los músculos del paciente
- Poner a prueba las habilidades de movimiento del niño, como saltar o caminar en línea recta.
- Detectar problemas usando las manos, la vista, las habilidades del lenguaje, el intelecto y otras áreas de desarrollo.
En DACER nuestros fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales trabajan con niños con trastorno del desarrollo de la coordinación con el objetivo de mejorar la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio, además de ayudar a que el niño pueda desarrollar habilidades para mejorar sus actividades diarias y su calidad de vida. Dentro del programa de tratamiento planificado para el niño se pueden encontrar los siguientes abordajes:
- Mejorar la fuerza. El fisioterapeuta le enseñará a los padres y al niño ejercicios para aumentar la fuerza muscular. Identificarán dentro de la terapia juegos y tareas divertidas que mejoran la fuerza, además de ayudar a reducir la obesidad y mejorar la salud del corazón.
- Mejorar el equilibrio. El profesional trabajará con el niño distintos ejercicios para ayudarlo a mejorar su equilibrio, como pararse sobre un pie.
- Mejorar la conciencia corporal. Otro de los enfoques habituales de la fisioterapia en estos casos tiene que ver con lograr que el niño juegue en pistas de obstáculos para ayudarlo a aprender a planificar movimientos mientras se divierte.
- Mejorar las habilidades a través del aprendizaje orientado a tareas. Por más que se crea lo contrario, los niños con trastorno del desarrollo de la coordinación pueden aprender nuevas habilidades habituales para su edad como andar en bicicleta. El fisioterapeuta va a sugerir a la familia realizar ajustes (como usar una bicicleta de 3 ruedas o ruedas de entrenamiento para ciclistas) para mantener al paciente seguro mientras aprende nuevas actividades y se divierte.