El objetivo final de la rehabilitación de las personas con daño cerebral es mejorar su independencia en la vida cotidiana y favorecer sus posibilidades de interacción con el medio que les rodea.
En ocasiones, para conseguir este objetivo, se hace imprescindible introducir en el proceso productos de apoyo encaminados a potenciar la autonomía del paciente.
Pero no debemos olvidar que los productos de apoyo también juegan un papel primordial en el tratamiento del paciente con daño cerebral, ya que bien pautados favorecen la recuperación, pero mal pautados pueden interferir de manera significativa.
Por este motivo, lo primero que debemos tener en cuenta cuando se hace necesario introducir una silla de ruedas eléctrica, es que debemos buscar el asesoramiento de un profesional especializado.
El profesional, valorará junto con la familia y el paciente, la conveniencia de recurrir a este producto de apoyo, así como las características que debe reunir el mismo para adaptarse al paciente.
Daño cerebral: ¿qué considerar al adquirir una silla de ruedas eléctrica?
En primer lugar, debemos saber que la capacidad para caminar de forma independiente no es el único criterio que vamos a tener en cuenta.
Las sillas de ruedas eléctricas, tienen una misión muy importante a la hora de potenciar la autonomía de un paciente que ha sufrido un daño cerebral. En ocasiones, el paciente puede caminar, pero no puede hacerlo sin ayuda de otra persona o durante recorridos largos. En esas ocasiones, para favorecer la independencia, puede ser aconsejable introducir una silla de ruedas eléctrica que le permita hacer estos recorridos (por ejemplo, ir solo a la compra) de forma autónoma, aunque luego en el interior de su casa no la utilice.
¿Qué se debe tener en cuenta antes de adquirir una? No solo se debe contemplar a la persona que la utilizará y sus necesidades y capacidades, sino también el uso que se le prevé dar a la silla y el entorno en el que se va a utilizar.
Las necesidades de posicionamiento del paciente
La postura juega un papel muy importante en la rehabilitación del daño cerebral. Una postura correcta favorece la función muscular y previene las contracturas y deformidades.
Para mantener una postura adecuada, algunos pacientes necesitan adaptaciones especiales. En estos casos, la silla de ruedas eléctrica debe permitir añadir el equipamiento apropiado para el paciente: respaldos con controles de tronco, cojines de aire o de fluido, cuñas posicionadoras, cabeceros, cinchas pélvicas…
El terapeuta ocupacional junto con el técnico ortopédico valorará los requerimientos posturales del paciente y los productos del mercado que mejor se adaptan.
El nivel de control de movimiento voluntario del paciente
Cuando se trata de elegir el tipo de silla eléctrica a adquirir, se debe considerar cuál es el grado de control que tiene el paciente con daño cerebral sobre sus movimientos y de los movimientos que puede realizar el paciente cuales resultan más beneficiosos.
Conducir una silla de ruedas eléctrica supone realizar un patrón de movimiento de forma repetitiva. Es fundamental que el movimiento que realiza el paciente con daño cerebral no provoque un patrón patológico que empeore su situación motora.
En el mercado existe una gran variedad de dispositivos que permiten conducir la silla de ruedas eléctrica con diferentes partes del cuerpo (mandos mentonianos, mandos para la cabeza, mandos de soplido…). Los profesionales especializados, adaptarán también la sensibilidad del mando, la velocidad y otros parámetros que pueden facilitar el manejo.
También es posible que se introduzca un mando especial para el acompañante, en aquellos casos en los que el paciente no puede conducir la silla por sí mismo.
¿Cuál es el estado cognitivo del paciente?
Otro punto a considerar tiene que ver con el grado de preservación cognitiva del paciente con daño cerebral. Los problemas atencionales, perceptivos, la dificultad para valorar el riesgo…pueden interferir de manera significativa en el uso de la silla, llegando a crear situaciones peligrosas.
En estos casos, será necesario un programa de tratamiento específico que permita al paciente con daño cerebral aprender a manejar su silla de ruedas con seguridad. El manejo de la silla de ruedas es uno de los objetivos que se abordan dentro de la terapia ocupacional.
Medidas del paciente
Las sillas de ruedas eléctricas, como ya hemos dicho, deben estar adaptadas a las características concretas del usuario con daño cerebral. Para que esto sea posible es muy importante, que las dimensiones de la silla y de sus componentes (respaldo, cojín, reposabrazos…) estén ajustadas de forma correcta a las medidas del paciente.
Si las medidas de la silla y sus componentes no están tomadas de forma correcta, la silla no cumplirá su función y en muchos casos favorecerá la aparición de patrones patológicos.
¿Dónde se utilizará la silla?
Este aspecto es muy importante y debe tenerse en cuenta antes de adquirir una silla motorizada: no es lo mismo necesitar un equipo que se desplace constantemente por un terreno irregular que por uno liso y completamente llano. Las sillas vienen con diferentes características, potencia y altura por lo que debe contemplarse este aspecto antes de comprar para elegir el equipo más adecuado al entorno habitual del paciente.
¿Cómo se la va a utilizar?
Como dijimos anteriormente, se debe considerar el tipo de uso que le va a dar el paciente a la silla de ruedas eléctrica para adquirir la que se adapte mejor a sus necesidades. Si, por ejemplo, es solo para utilizar en el interior entonces lo ideal será un equipo más ligero y compacto que permita movilizarse sin problemas por los distintos ambientes de una casa. Por el contrario, si se combinará uso interior con movimiento en exteriores lo ideal será seleccionar una silla motorizada mucho más robusta.
Daño cerebral: distintas gamas en sillas de ruedas eléctricas
En el mercado se pueden encontrar sillas de ruedas eléctricas de diferentes gamas y precios.
- Las sillas de tipo más básico suelen ser aquellas que utilizan un motor eléctrico de baja potencia, destinada a pacientes ligeros en peso que no necesiten que la silla tenga un posicionamiento específico.
- Las de gama media cuentan con una estructura que permite controlar la postura de la persona, y cuentan con un motor mucho más potente para poder utilizarlas en distintos tipos de terrenos.
- Las sillas motorizadas de gama alta son aquellas que se utilizan en pacientes que tienen una afectación del aspecto motor en un grado severo, y cuentan con una gran potencia además de sistema de basculación con propulsión eléctrica y sistema de elevación para facilitar las transferencias del paciente o incluso ayudarlo a ponerse de pie e interactuar de forma óptima con su entorno cuando lo necesite (como elevarse para alcanzar un objeto).
En DACER queremos lo mejor para nuestros pacientes e implementamos todo tipo de estrategias y abordajes para tratar de que logren su máximo potencial y autonomía, por lo que brindamos el asesoramiento necesario para adquirir la mejor silla de ruedas eléctrica teniendo en cuenta las necesidades concretas de la persona con daño cerebral.