Ictus: la detección precoz, clave para el pronóstico

El ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, afectando a aproximadamente 40 mil personas cada año.

La mayoría de los ictus pueden prevenirse, y la detección precoz y atención rápida una vez que el mismo ya ha iniciado su curso mejora considerablemente las probabilidades de un buen pronóstico de recuperación.

¿Qué es un derrame cerebral?

Un ictus, también llamado accidente cerebrovascular (ACV), ocurre cuando un coágulo bloquea el flujo de sangre al cerebro o una arteria cerebral se rompe, lo que hace que el tejido cerebral se dañe o muera.

Ictus isquémico

Aproximadamente el 87% de los ictus son de tipo isquémico: este ocurre cuando el flujo sanguíneo a través de la arteria que suministra sangre rica en oxígeno al cerebro se bloquea, en la mayoría de los casos por un coagulo de sangre.

Ictus hemorrágico

El ictus hemorrágico ocurre cuando una arteria en el cerebro pierde sangre o se rompe: la sangre filtrada ejerce demasiada presión sobre las células cerebrales, dañándolas. La presión arterial alta  y los aneurismas son algunas de las afecciones que pueden causar este tipo de ictus.

Hay dos tipos de ictus hemorrágicos:

  • La hemorragia intracerebral  es el tipo más común, y ocurre cuando una arteria en el cerebro estalla, inundando el tejido circundante con sangre.
  • La hemorragia subaracnoidea  este refiere al sangrado en el área entre el cerebro y los tejidos delgados que lo cubren.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo de ictus?

El factor de riesgo más importante para ambos tipos de accidente cerebrovascular es la presión arterial alta, también llamada hipertensión. Por otro lado, la diabetes es otro factor de riesgo ya que suele estar asociada a un ritmo cardíaco irregular conocido como fibrilación auricular, colesterol alto, tabaquismo, inactividad física, una historia familiar de accidente cerebrovascular y enfermedad renal crónica.

¿A qué debo prestar atención?

La extensión del daño cerebral por la falta de oxígeno determinará el alcance de la disfunción, pudiendo variar desde el fallecimiento del paciente, lesiones altamente incapacitantes o bien daños neurológicos leves con posibilidad de recuperación plena.

Lo cierto es que cuanto antes se detecte el ictus y se pueda tomar contacto con emergencias, más rápida será la intervención médica, menor será el daño y mayor será la probabilidad de recuperación total para el paciente. Tiempo es cerebro

Para poder detectar precozmente un ictus, es fundamental conocer cuáles son esas señales de alerta a las que debemos estar atentos:

  • La cara pierde fuerza, cuesta gestualizar
  • La debilidad del rostro es acompañada de parálisis parcial de la pierna o del brazo, pudiendo ser ambos en algunos casos.
  • Se sienten sensaciones de hormigueos u o adormecimiento en el rostro, la pierna o el brazo siempre de un solo lado del cuerpo.
  • Perdida repentina de la visión en uno o dos ojos
  • Alteraciones del habla, dificultad para articular.
  • Dolores de cabeza repentinos y sin motivo aparente
  • Alteraciones en la marcha, problemas para caminar o coordinar los movimientos.

Tanto si percibimos nosotros mismos algunos de estos síntomas, o los identificamos en otra persona, debemos comunicarnos automáticamente con el servicio de urgencias (112), para que puedan intervenir inmediatamente. Como hemos dicho anteriormente, de la rapidez en la respuesta ante el ictus dependerá la supervivencia de la persona o el grado de recuperación.

Detección precoz en el ictus: ¿por qué es tan importante?

Como hemos mencionado anteriormente, en España se producen aproximadamente 40 mil ictus por año y, si bien en muchos casos puede resultar fatal, quienes sobreviven a un ACV pueden sufrir diversos efectos y discapacidades producto del daño cerebral. La detección precoz es clave para reducir al mínimo las consecuencias que el ictus puede tener sobre el paciente a largo plazo.

Actuar rápido frente al ictus

En lo que refiere al ictus, el tiempo es verdaderamente crucial: conocer cuáles son los primeros signos de un derrame cerebral es clave para que la persona pueda ser tratada lo antes posible, considerándose como periodo vital las 3 horas posteriores al evento.

Una persona pierde aproximadamente 2 millones de células neurológicas por cada minuto en el que no recibe tratamiento médico tras haber sufrido un ictus: estas células son los componentes centrales del cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso central y cuanto más se pierden, mayor es la probabilidad de que el paciente tenga dificultades para comunicarse, sufra de parálisis o de discapacidad permanente.

La detección precoz del ictus asegura una intervención temprana por parte de los médicos, dando como resultado una mayor probabilidad de recuperación, una menor probabilidad de discapacidad permanente y una menor necesidad de rehabilitación extensa.

 

Para casos de emergencia Llamar al :91-667-16-46

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