Los efectos del daño cerebral en una persona pueden ser físicos, cognitivos, emocionales y conductuales. Los últimos tres están esencialmente ocultos para la persona promedio y, por lo tanto, se comprenden menos.
Daño cerebral: entendiendo lo esencial
El daño cerebral es una lesión neurológica que se produce después del nacimiento y no es congénita, degenerativa ni hereditaria. La lesión provoca un cambio en la actividad neuronal del cerebro. El daño cerebral adquirido puede estar provocado por:
- causada por un factor externo, como un golpe o sacudida en la cabeza, que interrumpe el funcionamiento normal del cerebro.
- alteración en el funcionamiento del cerebro o una patología causada por factores internos, como por ejemplo la falta de oxígeno.
Una lesión neurológica puede producir un estado de conciencia alterado o disminuido y resultar en un deterioro de las capacidades cognitivas o del funcionamiento físico de la persona.
También puede resultar en la alteración del funcionamiento conductual o emocional. Estos impedimentos pueden ser temporales o permanentes y causar una discapacidad funcional parcial o total en el sujeto que ha sufrido el daño cerebral.
Daño cerebral: 5 síntomas poco evidentes de la lesión
Cada lesión neurológica es diferente, y los efectos de la misma dependerán en principio de qué parte del cerebro se ha visto dañada, de la gravedad de daño, la extensión y de los hábitos saludables que tenía el paciente antes de la lesión. Si bien existen una serie de signos genéricos que suelen verse asociados al daño cerebral, en esta ocasión revisamos 5 de los síntomas no tan evidentes en la lesión neurológica:
Fatiga
Este es un síntoma muy común tras el daño cerebral, pero suele verse relacionado más con la fatiga mental que con la fatiga física.
Todos hemos tenido momentos en los que sentimos la necesidad de descansar y mantenernos en estado de calma a pesar de que no hemos estado haciendo una actividad física agotadora: este fenómeno conocido como fatiga en la mayoría de los casos se debe a que nuestro cerebro ha trabajado demasiado y necesita descansar.
Tras una lesión cerebral, es común que las tareas simples sean agotadoras porque se necesita una mayor concentración y el cerebro trabaja más de lo normal.
Experimentar fatiga a menudo empeora otros síntomas de lesiones cerebrales, como problemas de concentración y memoria. Muchos de nuestros pacientes encuentran estrategias de afrontamiento para lidiar con esta fatiga característica, como programar varios momentos durante el día para poder descansar entre tareas cotidianas.
Cambios de personalidad
Muchos sobrevivientes de daño cerebral informan sentirse como una persona diferente tras la lesión: este cambio puede ser sutil e inofensivo, como la falta de interés en algo que antes les apasionaba o un nuevo amor por un equipo de fútbol, pero también puede manifestarse a través de un cambio más serio como el mal humor constante, la irritabilidad y el desinterés.
En algunas ocasiones la persona con lesión cerebral puede desconocer por completo cómo ha cambiado su personalidad o cómo el daño cerebral le ha afectado: esto puede ser particularmente difícil para los familiares, amigos y personas allegadas ya que se debe lidiar con un individuo que ha cambiado radicalmente (no siempre de manera positiva) y que además lo desconoce por completo.
Desequilibrios hormonales
Hay pequeñas estructuras en la base del cerebro que son responsables de regular las hormonas del cuerpo: estas se denominan glándula pituitaria e hipotálamo. El daño a estas áreas puede provocar una liberación insuficiente o en exceso de una o más hormonas dentro del organismo.
El hipotálamo regula la glándula pituitaria y juntos son vitales para controlar el crecimiento, el hambre, la sed, la pubertad y la madurez sexual, el funcionamiento sexual y la libido, los niveles de energía y el peso.
El daño a esta parte del cerebro puede ser particularmente problemático para cualquier paciente con lesión neurológica, aunque puede tener un mayor impacto en los niños. Por ejemplo, en niños podrá observarse retraso en el crecimiento producto de la alteración hormonal o una niña con lesión neurológica comenzará a menstruar de manera prematura.
Desinhibición
Hay áreas de nuestro cerebro que nos impiden actuar o decir cosas inapropiadas: este es el lóbulo frontal y cuando se lesiona, las personas terminan diciendo cosas o actuando sin mucha premeditación. Quien ha sufrido daño cerebral y ha visto dañado su lóbulo frontal puede parecer grosero o insensible, producto de haber perdido los filtros que todos tenemos y que surgen en dicha zona del cerebro.
Además de lo mencionado, también puede haber una pérdida de control sobre el comportamiento social cuando se ha sufrido una lesión neurológica en la zona mencionada, de modo que la persona puede comportarse de una manera demasiado familiar o puede hacer avances ofensivos con las personas equivocadas en el momento equivocado.
Sentido del humor
El daño al lado derecho del cerebro puede llevar a la persona a interpretar la información verbal de manera muy literal: esto significa que tendrá dificultades para comprender las figuras retóricas, incluidos el eufemismo y la hipérbole, así como formas de humor como el sarcasmo o la ironía. Por ejemplo, el sujeto puede tomar una frase como «rómpete una pierna» de manera completamente literal sin poder interpretar la intención metafórica de la frase.
Este tipo de dificultad puede hacer que la persona se tome las cosas de forma incorrecta y que las burlas afables en base al humor sean tomadas e interpretadas como un verdadero insulto.
El daño cerebral no siempre se presenta de manera evidente y fácil de identificar y, en muchas ocasiones, esto genera una serie de dificultades a quienes intentan adaptarse a una forma de vida tras haber sufrido una lesión neurológica.
Conocer estos signos es importante para cultivar la empatía y entender que quien está del otro lado puede estar haciendo un gran esfuerzo para conectar con nosotros y realizar sus tareas diarias, aunque no existan signos físicos que evidencien dicha dificultad.